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12 septiembre, 2025
PAÍS

Segundo debate presidencial: Massa resistió los embates, Bullrich patoteó y Milei quedó opacado

“Ser vulgar o hablar canyengue no te va a hacer más popular de cara a la elección, y no alcanza con gritar para correr o corregir la mala performance electoral que estás haciendo”. En esa lapidaria frase lanzada anoche por Sergio Massa a Patricia Bullrich, quedó sintetizado lo que fue el agresivo y chabacano estilo desarrollado por la candidata de Juntos por el Cambio durante el segundo y último debate antes de las elecciones del domingo 22.

Una semana después del primer encuentro en Santiago del Estero, cuando la ex ministra de Seguridad fue criticada por propios y extraños por una performance que hizo agua, anoche, en la facultad de Derecho de la UBA, Bullrich endureció su discurso, intentando mostrar su costado más agresivo y violento, ante la suposición de que ese sería el vehículo para cosechar más votos, teniendo en cuenta que todas las encuestas le otorgan un cómodo tercer lugar para la jornada electoral.

A pesar de haber sido “coucheada” y, supuestamente, preparada por su equipo de asesores, la postulante de JxC volvió a mostrarse trabada e imposibilitada de responder a las preguntas concretas que le hicieron, mientras debía recurrir a la lectura de su discurso de manera reiterada a lo largo de las dos horas en que se extendió el debate.

En el medio de réplicas cruzadas entre los aspirantes, tras la estocada de Patricia Bullrich sobre el escándalo de Martín Insaurralde, Massa retrucó: “Yo pedí la renuncia de Insaurralde, vos no pediste la de Milman”, en referencia al diputado nacional, uno de los laderos de la ex ministra, quien aparece involucrado en el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El turismo, y más precisamente el programa PreViaje, se coló en el debate, cuando Massa destacó que ese plan “cambió definitivamente el sector turístico en Argentina. Y a lo largo de las últimas semanas los economistas de Bullrich dijeron que lo iban a eliminar. Siete millones de argentinos lo usaron. ¿Lo van a eliminar, sí o no?”, le preguntó a Bullrich, quien respondió: “No me vengas con plancitos que llevan a los chicos de vacaciones a Bariloche. Dejate de joder con esos plancitos”, confundiendo el programa del Gobierno nacional con los viajes de egresados de escuelas secundarias promovidos por la administración de Axel Kicillof.

Y nuevamente, el candidato de Unión por la Patria volvió a mostrarse como el más sólido a la hora de brindar argumentaciones y propuestas, a pesar de que previsiblemente fue a quien más azuzaron los cuatro restantes, sobre todo en cuestiones de trabajo y producción. “No vengo con chicanas ni a pelear, vengo a proponer, que es lo que necesitan los argentinos”, arrancó su presentación Massa, quien planteó la creación de “un FBI argentino” que, desde Rosario, combata “la corrupción, el narcotráfico y la trata de personas”.

Además, prometió créditos hipotecarios con un índice de actualización atado a los salarios, mientras anticipó que uno de sus ejes centrales estará en el rol de la mujer en el trabajo: “Hoy son discriminadas en el salario. Vamos a impulsar la obligatoriedad de que las empresas por la misma tarea paguen la misma remuneración a hombres y mujeres”.

“Hay algunos que escucho que parecen paracaidistas suecos, que se olvidan que llevaron a la Argentina a la peor deuda de la historia de Argentina y del FMI”, disparó contra Bullrich, en lo que fue una constante por parte del ministro de Economía, para esquivar chicanas y acusaciones, y volvió a hacer un llamado a la sociedad para “evitar ir a votar con bronca y odio”, lo que implicaría un “salto al vacío” frente al “modelo de producción y desarrollo” que él propone.

Por su parte, Javier Milei apareció desdibujado y contenido, prefiriendo mostrar un costado académico, casi de profesor universitario por momentos, pero recibió estocadas por el tema venta de órganos y la portación de armas.

El candidato de La Libertad Avanza, ganador de las PASO y favorito de las encuestas para las elecciones generales, intentó no cometer errores, pero tuvo un traspié cuando Bullrich le preguntó por sus nóminas de candidatos. “¿Creés que vas a cambiar algo con tantos chorros adentro de tus listas?”, le preguntó la ex ministra de Seguridad: “Vos también tenés un montón de gente que viene de otros lados”, contestó el ultralibertario sin desmentir la acusación.

Milei, como no podría ser de otra manera, volvió a arremeter contra “la casta”, y entre otras cosas lanzó que “los políticos que hace 40 años se enriquecen y empobrecen a los argentinos de bien necesitan para explicar por televisión abierta, cómo van a solucionar los problemas que ellos mismos nos han causado. Les debería dar vergüenza”.

Por su parte, la candidata del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), Myriam Bregman, se diferenció del resto y manifestó que en su espacio “no son sometidos ni cómplices”. Destacó que se vienen tiempos difíciles y que no se saldrá con “salvadores individuales”. “Esta lucha necesita que te involucres, a trabajadores, jóvenes y mujeres les pido eso, porque necesitamos enfrentar lo que viene, defender los derechos e ir por más”, dijo.

Mientras, el gobernador cordobés Juan Schiaretti, del frente “Hacemos por nuestro país”, cerró su participación en el segundo debate presidencial posicionándose como el candidato por fuera de la grieta. “No está escrito en ningún lado que estemos condenados al fracaso. Al fracaso nos llevaron el kirchnerismo y el macrismo”, dijo.

 

 

 

 

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