A escasos 20 días del balotaje que consagrará el nuevo presidente por los próximos cuatro años, la oposición -la que se dice republicana- muestra una vez más que hará todo lo posible para esmerilar la democracia que cumple 40 años y que, con sus errores y aciertos, se mantiene firme.
En el día de ayer, la ex candidata presidencial, Patricia Bullrich, presidenta del PRO, afirmó que “ojalá explote” Argentina “antes” del balotaje del 19 de noviembre.
Su planteo golpista se sumó a un boicot de las empresas petroleras y los encargados de las estaciones de servicio de dejar al país sin combustible, luego del triunfo de Massa sobre la oposición. Tanto Bullrich cómo Milei fueron a diferentes estaciones de servicio a sacarse fotos y criticar al gobierno. El libertario acusó al gobierno por la escasez de combustible y sostuvo que “nada de lo que esté en las manos del Estado funcionará bien”, dando a entender que privatizará YPF y Vaca Muerta.
Más allá de los fuegos de artificio, el ministro de Economía y candidato por Unión por la Patria, Sergio Massa, lo resolvió con una sola frase el domingo: “Si el martes a las 12 de la noche no está resuelto el abastecimiento de combustibles, desde el miércoles no van a poder sacar un barco de exportación porque primero el petróleo de los argentinos es de los argentinos”.
Pocas horas después el combustible empezó a estar en casi todas las estaciones de servicio. Ayer, Massa irónicamente afirmó: “El abastecimiento es evidente que ha crecido. Ayer desde la tarde empezó a aparecer mágicamente el combustible que no estaba y las petroleras saben que tiene hasta mañana a las 12 de la noche para resolverlo”. En poco tiempo la retención del stocks de las petroleras apareció rápidamente y se terminó la intención de desgastar al gobierno.
Paralelamente al desabastecimiento del combustible -hay que estar atentos que en algunos lugares comienza a faltar alimentos-, desde la oposición comenzaron un fuerte operativo con la idea que hubo un fraude electoral en las elecciones que ganó Unión por la Patria y que esa situación se repetiría el próximo 19 de noviembre. Rápidamente la Cámara electoral salió a desmentir la burda maniobra.
Si el triunfo en el balotaje no es amplió se corre el riesgo que la oposición, encabezada por Macri, Bullrich y Milei con el apoyo de los medios hegemónicos, salga a señalar que hubo fraude. Cómo ejemplo, desde ayer en la ciudad de La Plata, el candidato de UxP, Julio Alak, ganó las elecciones por escasos 850 votos, pero desde el municipio gobernado por Juntos por el Cambio no reconocen el triunfo e insisten en seguir abriendo urnas. Está mañana, Alak reveló que Julio Garro todavía no se comunicó con él para felicitarlo por el triunfo: “Para mí no es relevante, tendrá sus motivos para no hacerlo” y remarcó que “lo que más me preocupa es cómo hacemos para que el municipio se reconstruya”. La idea es simple, desgastar al ganador y sembrar un manto de dudas sobre el próximo gobierno en la ciudad y en el país.
Mientras tanto, Massa y su equipo de campaña continuaran con la estrategia de promover que es el “único” candidato que tiene certidumbre, orden, moderación, capacidad de trabajo, diálogo y responsabilidad. La idea del equipo de campaña es mantener la propuesta de unidad nacional y continuar con medidas concretas que beneficien el bolsillo de los argentinos. Por estas horas se analiza reducir el precio de las tarifas de electricidad para algunos sectores.