Para evitar que la flamante como frágil alianza terminara desmoronándose, Mauricio Macri, recién llegado de Chile, se vio obligado a ir hasta el Hotel Libertador en el que se refugia Javier Milei, que en las últimas semanas evitó como pudo el contacto directo con la gente, una faceta que había tratado de capitalizar antes de las elecciones generales.
Es que los roces entre el candidato ultralibertario y el ex presidente se venían acumulando, sobre todo por parte de Milei por las promesas incumplidas de Macri. Eso estalló el sábado último cuando se enteró que la Cámara Nacional Electoral advirtió a los apoderados libertarios que no habían presentado las boletas necesarias para el 19 de noviembre.
Furioso, el candidato de La Libertad Avanza ordenó retirar la invitación para el debate del domingo en la facultad de Derecho a todos los invitados del PRO, una ausencia que fue explotada por Sergio Massa en vivo y en directo, cuando más de una vez le recordó que lo habían dejado solo.
Macri es consciente de las limitaciones de Milei, más todavía después de las generales del 22 de octubre, cuando lo pudo conocer en la intimidad y bajo estrés. Por eso en el PRO dicen que va a regular su compromiso con el libertario. En otras palabras, si Milei fracasa, Macri no está interesado en socializar las culpas.
El pésimo rol que cumplió Milei en el debate, profundizó los pases de factura en lo que queda de Juntos por el Cambio. Y eso se registró no solo entre quienes se despegaron de la decisión inconsulta de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, sino también entre aquellos que optaron por acompañar las aspiraciones presidenciales del libertario.
Incluso, la ex candidata presidencial del espacio reconoció públicamente que a Milei no le fue bien el debate con Massa. Destacó que el postulante de Unión por la Patria (UxP) “copó la escena” y habló de la “poca experiencia” del libertario. “Fue un cruce encuadrado en un político profesional con mucha adicción a la mentira, muy coacheado, frente a una persona con muy poca experiencia, y se notó”, lamentó Bullrich.
Y un dato no menor, la titular del PRO también se despegó de la estrategia de agitar el fantasma del fraude, que fue uno de los caballitos de batalla de Milei.
“Ahora, uno no puede decir que en Argentina haya habido fraude. No hubo fraude y formalmente nadie presentó (una denuncia). Puede haber mucho en las redes diciendo que hubo fraude, pero oficialmente ningún partido lo dijo”, planteó. “En todos los escrutinios definitivos, todos los partidos firmaron que en la Argentina no hubo fraude. Eso es lo válido”, insistió.
Los dichos de Bullrich confirman la tensión entre el macrismo y La Libertad Avanza, al punto que el candidato de LLA bajó a todos los invitados del PRO del debate y cuestionó a Macri durante su discurso, cuando directamente lo responsabilizó por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios durante su gobierno.
De todas maneras, a pesar de estos comentarios, el compromiso de Bullrich con el libertario sigue en pie. Bajo la consigna “Fiscales por el cambio y la libertad”, convocó a militantes a un encuentro hoy en la Capital Federal para “reforzar la idea de la importancia de fiscalizar las próximas elecciones del 19N”.
En la misma línea, uno de los primeros dirigentes en tener una lectura crítica sobre la situación del partido fundado por Macri fue Martín Yeza, intendente de Pinamar, quien utilizó su cuenta de X para expresar su malestar. “El 19 voto Milei y el 20 de noviembre a mejorar y fortalecer el Pro para no volver a mirar una cosa así ni tener que vivir una situación como en la que estamos”, indicó sobre el debate presidencial.
Tras el cisma que ocasionó en Pro la alianza que sellaron Bullrich y Macri con Milei, la urgencia por ordenar la fiscalización había aplacado los pases de factura, que se reavivaron después del debate. Más allá de los reproches ante la inexperiencia del economista libertario, los dirigentes “amarillos” cuestionan la mala elección de una coalición que tenía todas las de ganar frente a un oficialismo inmerso en una profunda crisis económica.
“Quedó expuesto el desastre de JxC. Nuestro espacio es un cachivache y dilapidamos la chance de volver a gobernar”, se sinceró un dirigente bonaerense del PRO que no blanqueó su posicionamiento de cara al balotaje del 19 de noviembre. A pesar de que aseguró que pondrá a disposición su equipo para cubrir los baches de fiscalización de LLA, subrayó que no lo dirá públicamente. “Si yo sintiese que Milei es una opción, yo saldría a militarlo, pero no es así”.
“La sensación general es que es muy difícil que se le escape la elección a Massa”, admitió una persona cercana a los intendentes PRO del conurbano. Por eso, los planes de pronunciarse a favor del candidato libertario quedaron en pausa. Nadie quiere decir una palabra de más y los alcaldes evitan pronunciarse de manera explícita a favor de Milei. La fiscalización, no obstante, no se puso en discusión. “Vamos a colaborar para defender los votos de la gente”, aseguraron.
Sobre este proceso de reconfiguración habló el ex ministro de Cultura, Pablo Avelluto, quien destacó que actualmente “no hay reflexión y autocrítica dentro del partido”. “Patricia [Bullrich] tomó nuevamente las riendas del espacio luego de haber hecho la peor elección de la historia de JxC, siento que falta humildad”, y agregó que “lo que está en juego es la identidad de Pro”.
Si bien el exfuncionario ya había cuestionado la alianza inconsulta de su partido con los libertarios, sus últimas declaraciones cortaron todo tipo de puente en común. “Me pareció terrible la foto de Bullrich con Villarruel, sentí que mi casa ya no es mi casa, yo no tengo nada que ver con esa gente”, aseguró. Con una mirada puesta en el 20 de noviembre, agregó: “Soy de los que creen que hace falta una alternativa al peronismo, pero esa postura tiene que ser democrática y racional”.
En paralelo, ya se habla de “cortocircuitos” entre el macrismo y LLA. La fiscalización, que los libertarios quieren mantener bajo su control, además de las desinteligencias que quedaron expuestas este fin de semana en relación con la impresión de boletas, expusieron el desorden que impera en la cohesión de las fuerzas políticas.