Por estas horas, el equipo de La Libertad Avanza (LLA) define contrarreloj los detalles del plan que aplicaría Luis “Toto” Caputo en el caso de asumir al frente del Ministerio de Economía del futuro gobierno de Javier Milei.
La “dolarización a lo Toto Caputo” es una propuesta para solucionar la obsesión del presidente electo con las Leliq consiguiendo dinero con una “solución de mercado”, superadora a la que ofrecía el renunciante (que no llegó a asumir) Emilio Ocampo: la idea es utilizar parte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, es decir el instrumento que garantiza el pago de jubilaciones en momentos de crisis económica, para desarmar la bomba de las Leliq.
Milei confió en el ex funcionario de su socio electoral, Mauricio Macri, para formar parte de los contactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes y después de ganar el balotaje. “Tiene su propia forma de conseguir los fondos y eso convenció a Javier”, comentó una fuente de LLA.
“El Messi de las finanzas” tuvo el ofrecimiento para ocupar el Palacio de Hacienda de parte del propio Milei, quien le pidió un programa para desarmar la bomba que él mismo ayudó a generar en su gestión pasada y que recicló en un informe que publicó Anker, su consultora, en mayo de este año.
Según revela en una nota el portal Letra P, el ex titular del Banco Central macrista convertiría la deuda de la autoridad monetaria en bonos del Tesoro, un mecanismo que en la jerga económica se llama titularización, y que el propio Caputo usó para desarmar en un 30 % el andamiaje de Lebac en su corto paso por la entidad financiera en 2018. De esa manera, obtendría la liquidez necesaria para ofrecer a los acreedores los activos a precio mercado, como quería el anterior “gurú”.
En ese mismo proceso se incluirían activos del FGS: el fondo financiero más grande América Latina, administrado por ANSES, utilizado como respaldo para sostener el pago de las jubilaciones frente a eventuales crisis económicas y sociales. Según el ex candidato presidencial y actual titular de la cartera económica, Sergio Massa, en julio el FGS valía 60.000 millones de dólares en conjunto.
“La dolarización es una alternativa de difícil implementación, que requiere una arquitectura legal y financiera compleja, pero no imposible de llevar adelante, como suelen simplificar algunos medios o colegas”, definió el posible ministro de Economía de Milei seis meses atrás. En el documento, reveló su cálculo para conseguir las divisas partiendo de un escenario de reservas netas negativas en el Banco Central (BCRA). En resumen:
A mayo, el BCRA necesitaba activos en dólares por 40.800 millones de dólares.
El primer paso sería crear un fideicomiso de jurisdicción extranjera que incluya los activos del BCRA y del FGS “como colateral para la obtención de nuevo financiamiento”. En un marco de riesgo, la demanda de ese combo sería de cerca de 12.000 millones de dólares. Hasta acá, Caputo repite una idea similar a la de Ocampo, pero dice que no es suficiente.
Por eso, agrega que el valor para las acciones del fondo de ANSES es de 4.000 millones de dólares, “con potencial de revalorización en un contexto político y económico más favorable”.
Y, por último, prevé que el FMI podría “entregar fondos frescos” por 15.000 millones de dólares.
En el paper que firmaron el ex subsecretario de Financiamiento en el gobierno de Macri, Santiago Bausili, y los integrantes de Anker, Federico Furiase, Martín Vauthier y Felipe Berón, se señala que “habría una disponibilidad de financiamiento por un total de aproximadamente 31.000 millones de dólares. El saldo remanente U$S 10.000 millones podría provenir de la incorporación de otros activos financieros o no financieros o, idealmente, vía superávit fiscal financiero, lo que además contribuiría a la credibilidad y robustez del programa económico”.