El gobierno mantiene su odio hacia los jubilados y la clase trabajadora, a quienes parece culpar de ser la “casta”, en vez de ir hacia los poderosos. Por estas horas el Ejecutivo envió al Congreso Nacional las modificaciones para los abuelos donde decidirá recién en abril aumentar en base a la inflación y paralelamente un nuevo proyecto donde los trabajadores volverán a pagar ganancias.
Luego que sectores de la llamada oposición light afirmara que no aceptaban eliminar el actual sistema de aumentos en las jubilaciones, el gobierno decidió mantener el sistema hasta marzo, con lo cual habrá un aumento del 35% pero se espera que la inflación supere el 65% entre diciembre y febrero, por lo cual los abuelos perderán un 30 o 40 por ciento de sus ingresos. Recordemos que el sistema actual contemplaba una fórmula que combinaba un 50% de la recaudación de la Anses y otro 50% de la variación salarial.
La intención del gobierno es que se siga licuando los salarios y paralelamente las jubilaciones que, con el gobierno anterior, tenían además un bono importante para las mínimas. Si al gobierno le interesaran las jubilaciones, comenzarían los aumentos a partir del 1 de enero.
Paralelamente, el gobierno enviará en las próximas horas la propuesta para que los trabajadores paguen nuevamente ganancias. La iniciativa llevará el nombre de “Impuesto a los Ingresos Personales” y contemplará un mínimo no imponible de $1.350.000 brutos.
Según trascendió, el monto mencionado se ajustará trimestralmente a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el INDEC. El proyecto, además, contempla que el Poder Ejecutivo conservará las facultades para modificar las escalas. De esta manera, alrededor de 800.000 personas que habían dejado de pagar el impuesto a fines del año pasado, volverán a pagarlo.
Tras la llegada de Milei a la Casa Rosada, varias provincias pidieron coparticipar el impuesto al cheque porque habían perdido ingresos por la modificación de Ganancias. El 19 de diciembre pasado, ocho gobernadores peronistas destacaron la necesidad de buscar “herramientas de compensación” para las arcas provinciales frente a la fuerte devaluación del peso y la “pérdida de recursos coparticipables”, aunque consideraron que “la reversión del Impuesto a las Ganancias no sería el camino adecuado”, sino la coparticipación de un 70% del impuesto al cheque. Pero el presidente señaló que “de ninguna manera” se va a “coparticipar el impuesto al cheque”.