En el universo sindical ya es un hecho que la relación con el gobierno de Javier Milei está quebrada y no tiene retorno. Sin embargo, por estas horas se profundiza el debate en cuanto a la conveniencia o no de volver a convocar, por segunda vez en la gestión de La Libertad Avanza, a un paro general.
En el marco de este enfrentamiento, aparecen el fracaso del Consejo del Salario Mínimo, la imposición de cambios unilaterales en la legislación laboral, y también la decisión de avanzar sobre las obras sociales con una política de desregulación y libre competencia, que los sindicatos lo toman como una ofensiva en contra de sus intereses.
Mientras que hay dirigentes influyentes que buscan apoyos para avanzar hacia un segundo paro general, como lo dijo el camionero Pablo Moyano, surgen otros sectores que se diferencian con posturas más mesuradas y apuestan a abrir una negociación con los enviados del presidente.
Días atrás, Moyano aseguró que está latente la posibilidad de convocar un nuevo paro general, luego del fracaso de la reunión con el Gobierno por el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). “No sé la fecha, pero la CGT está facultada para tomar nuevas medidas”, anticipó.
Al ser consultado sobre la posibilidad de una nueva huelga como la del miércoles 24 de enero, Moyano fue tajante: “No sé la fecha, pero la CGT está facultada para tomar nuevas medidas”. “Se va a discutir, por supuesto”, anticipó el sindicalista.
En esa misma línea, el cosecretario general de la central obrera, Héctor Daer, advirtió sobre el impacto de las medidas de Milei en la población, y afirmó que “si este es el rumbo, no va a mejorar nada”, ante lo cual subrayó que “el Gobierno está generando todas las condiciones para una nueva medida. Lo del Consejo del Salario, el ajuste sobre los jubilados y los salarios, va a generar las condiciones para una acción sindical, sin dudas”.
En cambio, José Luis Lingeri, dirigente de Obras Sanitarias (hoy AySA), al desmarcarse de Moyano e incluso de Daer, sostuvo que en la CGT no se prevé por ahora activar una segunda huelga. “No está hoy en los planes. Sí habrá paros sectoriales, como el del miércoles de los maquinistas de trenes. Pero otro para general por ahora no, las paritarias están funcionando”, dijo.
El hecho es que la conducción cegetista definirá en las próximas horas la convocatoria a una reunión de mesa chica, donde se juntan los pesos pesados del mundo sindical cuando hay que definir líneas de acción. Allí tienen sillas los secretarios generales de la CGT Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros), Carlos Acuña (Estaciones de Servicios), pero también Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obra Sanitarias), Mario “Paco” Manrique (SMATA), entre otros.
Con posturas más combativas y dispuestos a reunir masa crítica para activar el segundo paro general contra el Gobierno, se identifican los Camioneros, liderados por Hugo Moyano, y la Asociación Bancaria, conducida por Sergio Palazzo.
Desde un tiempo a esta parate, Daer, históricamente un dirigente más racional y negociador, está mostrando un perfil más duro. Su endurecimiento es leído internamente entre sus pares como un intento de no ceder terreno en la pelea por el liderazgo de la CGT ante el protagonismo que recobró Pablo Moyano.
Al tope de la agenda están los salarios y la señal que la semana pasada dio el gobierno nacional, mediante el secretario de Trabajo, Omar Yasín, en el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil. Allí se aplicó una lógica que no reconoce antecedentes y que puso a los sindicalistas en alerta. El sector empresario advirtió que no está en condiciones de ofrecer aumentos, debido a que la economía enfrenta un período fuertemente recesivo, con una severa contracción de la actividad. En esa mesa tripartita, los gremios fueron con un pedido de aumento por encima del 80 %.
Yasín labró un acta donde dejó sentada la falta de acuerdo entre las partes y evitó, por ahora, tomar la decisión que establece la legislación: laudar, poner un número. No se trató de una decisión unilateral. Fue la traducción administrativa de una decisión política del presidente de la Nación.
“Eso de estar fijando precios mínimos no nos gusta. Esa es una cuestión que tiene que ser abordada por los trabajadores con sus empleadores. No creo en que un político pueda determinar un decreto a mano (…) ¿Yo voy a emitir un decreto fijando un precio?”, dijo Milei en una entrevista radial, donde repitió el mismo argumento para sacar al gobierno nacional de la paritaria docente.