A tres meses haber asumido la presidencia, la imagen de Javier Milei se deteriora, pero no al ritmo que se compadece con el brutal ajuste que se viene aplicando.
De acuerdo a un relevamiento entre consultores, encuestadores y especialistas en campañas electorales que realizó el periodista Raúl “Tuny” Kollmann para Página/12 y que publica en su edición de hoy, algunos sostienen que la balanza está equilibrada entre quienes todavía apoyan a La Libertad Avanza (LLA), porque consideran que la situación es culpa de los gobiernos anteriores, y los que ya están en la oposición a Milei.
Otros consultores creen que transcurridos los tres meses hay más opinión en contra que a favor. A 90 días, casi todos coinciden en marcar la existencia de movimientos más profundos. El presidente pierde parte de su núcleo duro, pero tiene ahora más respaldo de los votantes de Patricia Bullrich, que son de más edad, de mayor poder económico y mayoritariamente varones, mientras que las mujeres –que fueron las que menos lo votaron- siguen siendo las más críticas de su gestión.
Por ahora, la gran pregunta está en los niveles de tolerancia del ajuste: algunos hablan de seis meses, otros de hasta un año. ¿Hasta cuándo puede durar la paciencia de los argentinos? En tres meses muchos la han perdido, incluidos uno de cada diez de los que en el ballotage decidieron votarlo. Esto significa que están enojados con los gobiernos anteriores, pero al mismo tiempo saben que este ajuste ya no lo pueden tolerar.
“Milei sostiene una valoración positiva similar al voto que tuvo en el ballotage -dice Federico Aurelio, de Aresco-, producto del acompañamiento del votante que considera que él representa el cambio tras tantos años de crisis del país. El mandatario habla de la casta y pone a la oposición como responsable de la crisis. Ahora la opinión pública se divide en tercios. Un tercio acompañará, aunque se demoren los resultados. Un tercio no lo va a acompañar para nada. Y el tercer tercio lo acompañará dependiendo de que vea los resultados. Y hay una cuestión temporal: las urgencias son muy grandes: El 80 % manifiesta que necesita tener mejoras antes de un año. Ahí se juega el futuro del gobierno de Milei”.
“Hay tres fenómenos que recién arrancan y que hay que estudiar –afirma por su parte Juan Courel, a la cabeza de la consultora Alaska-. Uno: el principal logro de Milei en la opinión pública ha sido empezar a representar a buena parte de los votantes tradicionales de Cambiemos y no solo a su base libertaria. Dos: que el peronismo mida mejor entre universitarios es algo inédito, y habla de cambios sociales y políticos profundos cuyas consecuencias recién empezamos a verlas. Tres: por primera vez en décadas, el peronismo está mejor entre los sectores más viejos de la población. Dos de cada tres jóvenes votan a Milei, ya no solo los varones, pero entre los mayores, hay un cambio fuerte hacia la oposición”.
Para Roberto Bacman, al frente del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), “la sociedad está polarizada. En la última encuesta se puede ver que el 45 % se considera oficialista. Apoyan concretamente al gobierno de Milei y por supuesto al apoyarlo también tienen una imagen positiva. El 43 % son opositores, no lo apoyan, no tienen una buena ponderación de su imagen. Y tan solo el 12 %, o sea uno de cada diez argentinos, se considera independiente. Como están viniendo las cosas hoy, los independientes son los primeros que están perdiendo la paciencia y en este momento son los que se ubican más cerca de estar en la oposición que en el oficialismo. Eso hace que la imagen negativa de Milei trepe al 55 %”.
“El gobierno tiene algunos indicadores de opinión altos, pero que vienen cayendo -sostiene Hugo Haime, de Haime y Asociados-. El estar alto es relativo. Si lo comparamos con anteriores presidentes, está en desventaja. Todos ellos tuvieron niveles de aprobación e imagen muy superiores a los votos obtenidos. El apoyo al actual gobierno tiene más de expectativa y rechazo a la vieja política que aval a las medidas tomadas. El gobierno no tiene crédito para hacer lo que quiera”.
“No hay que fijarse sólo en cómo comienza una gestión -analiza Alfredo Serrano Mansilla, de la CELAG-. He visto a muchos presidentes tener el 80 % de imagen positiva, y terminar con menos de 10 %. La aprobación, que estuvo en el 51 %, cayó al 48 y el rechazo ya está por encima, en el 50 %. Se advierte un primer cambio de tendencia, donde lo negativo comienza a estar por encima de lo positivo”.
“Lo fundamental es que Milei ya tiene su imagen con diferencial negativo -sostiene Santiago Giorgetta, de Proyección- , o sea, mayor imagen negativa que imagen positiva, lo cual es una novedad para cualquier gobierno que inicia y todavía no se cumplen esos primeros 100 días de luna de miel”.
Agrega que “el 80 % de las familias argentinas menciona, como principal preocupación, el valor de los alimentos. Marca dónde están los problemas hoy. El otro dato de relevancia es que aparecen grietas en el 30 %, el núcleo duro, que votó a Milei en primera vuelta. De ese núcleo duro, en noviembre lo apoyaba el 90 %, ahora cayó al 70. Y los que ahora respaldan más a Milei son los votantes de Patricia Bullrich, esencialmente por su carácter anti-peronista y por una cuestión de nivel socioeconómico más alto. En el nivel medio o medio-bajo Milei cae y a los exvotantes del libertario ya les resulta difícil defender el accionar del gobierno de LLA”.
“El ajuste y el aumento en el costo de vida son muy altos, suficiente como para resquebrajar fuertemente a cualquier gobierno -advierte Analía del Franco, de Del Franco Consultores-. Por el momento el peso de estar ‘castigando a la casta’, con sus más y con sus menos, estaría funcionando como amortiguador y como cumplimiento de promesas de campaña. Parte de la sociedad, entre un 45 y 50 % sigue respaldando al presidente.
La postura de Artemio López, de Equis, es contundente. “La evaluación del gobierno es catastrófica. Pérdida del poder de compra de alimentos y bebidas. Caída brutal en las jubilaciones. Crecimiento de la pobreza a niveles que no se registraban desde 2004. El predominio inicial de imagen positiva sobre la negativa del presidente Milei se ha ido invirtiendo paulatinamente hasta predominar la imagen negativa. La situación empieza a pegar en el 30 por ciento que votó al presidente en primera vuelta, en las franjas más pobres y más jóvenes. Y, del otro lado, Milei sostiene mucho el apoyo, casi sin pérdidas, del electorado de Juntos por el Cambio, que tiene un fuerte sesgo anti-peronista”.