Cuando parecía que todos los caminos conducirían a una nueva postergación en el tiempo, de manera sorpresiva Victoria Villarruel terminó accediendo a los pedidos del kirchnerismo y de algunos legisladores de la oposición, e incorporó el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desregula la economía a la sesión especial que realizará el Senado este jueves.
La decisión de la vicepresidenta de habilitar el debate en la Cámara alta del decreto que dispuso fuertes desregulaciones a la economía, coloca al gobierno de Javier Milei ante el riesgo de ser el primer presidente en democracia al que le rechacen un decreto. En otras palabras, sería una derrota política de primera magnitud y podría comprometer, en un futuro, las reformas de 300 leyes que fueron modificadas por esta medida.
Después de que trascendiera que ya no podía demorar su debate en recinto, Villarruel accedió a que la oposición discuta el mega decreto, a pesar de que se especula que alrededor de 40 senadores están dispuestos a votar su rechazo. De hecho, la vicepresidenta reconoció ante su entorno que el DNU estaba “muerto”.
Sin consenso interno en el Gobierno y sin tener asegurada la posibilidad de impedir una derrota, Villarruel igual convocó a la sesión para mañana, lo que generó festejos en el kirchnerismo. Es que los senadores “federales” que responden a los gobernadores se mantienen dispuestos no solo a dar quórum, sino también a votar en contra del mega decreto. Es que todavía duran los enojos por las descalificaciones del presidente en la apertura de sesiones ordinarias.
Se necesitan 37 votos para voltearlo, y ese número ya está: Unión por la Patria tiene 33, y a esos senadores se suman Martín Lousteau más Lucila Crexell, Camau Espínola, Mónica Silva y Edgardo Kueider, que ya anticiparon que votarían en contra del decreto.
La vicepresidenta cedió a las presiones que motorizó el kirchnerismo más duro de la Cámara alta, una bancada granítica de 33 legisladores que reclamó de manera constante que el DNU sea puesto a consideración.
Mientras Unión por la Patria estaba a cuatro votos de los 37 que conforman la mayoría, Villarruel mantuvo su negativa, pero todo cambió el mes pasado cuando los representantes de los bloques que responden a los gobernadores se pronunciaron también por tratar el DNU. Y no sólo eso: adelantaron que estaban dispuestos a votar el rechazo.
En el momento de mayor debilidad, la vicepresidenta empezó a dar señales de que no podría mantener su decisión de no convocar a sesiones para tratar el decreto, pese a que desde la Casa Rosada le enviaron claras señales del riesgo que podría tener para el Gobierno y para la economía habilitar una sesión con el pronóstico de una segura derrota.
Un dato no precisamente menor, es que el decreto, de todos modos, tiene una salvaguarda. Por la reforma que impulsó Cristina Kirchner cuando era presidenta, los decretos de necesidad y urgencia requieren, para ser dejados sin efecto, el rechazado de las dos cámaras. Si el Senado rechaza lo firmado por Milei, los estímulos para que Diputados recorra el mismo camino crecerán de manera inevitable. Pero, mientras tanto, el DNU todavía continuará vigente.
El rechazo del mega decreto no implica, solamente, una dura derrota política para el presidente, sino que por sobre todas las cosas podría afectar los lineamientos de la economía. Es que en la Cámara alta La Libertad Avanza estaba en condiciones de mantener blindado el DNU. Si, como todo indica, es rechazado allí, el kirchnerismo redoblará la presión para hacer lo mismo en Diputados.