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La Plata
27 noviembre, 2024
PAÍS

Comprender los aciertos y errores de Perón y Cristina para recuperar el camino del triunfo

Por Alfredo Silletta

Las preguntas de la militancia el 24 de marzo en la plaza de Mayo era dos: ¿Qué hicimos tan mal para que nos gobierne este tipo? ¿Cómo hacer para recuperar la confianza de los argentinos y volver a tener un país en crecimiento, con salarios dignos y empleo?

Ante esas dos preguntas, que circulaban como reguero de pólvora, la respuesta, quizás, esté en analizar los errores y aciertos tanto de Perón como Cristina cuando estuvieron fuera del gobierno.

Acá no discutiremos las gestiones que hicieron un país más digno, sino los errores que cometieron cuando estuvieron fuera del poder. Tanto Perón como Cristina siempre viraron al centro cuando no tuvieron el poder y la pregunta es si ese es el camino correcto.

Perón creyó en 1955 que pronto volvería al gobierno. No sucedió. Un plan sistemático de persecución a los gremios, fusilados y un exilio muy duro con intentos de asesinato en Paraguay y Caracas lo llevaron a buscar el camino del medio y negociar con Arturo Frondizi en 1958 al brindarle su apoyo electoral. Fue un gran fracaso y el pueblo soportó el Plan Conintes de persecución y cárcel a los trabajadores. Luego, en 1964 intentó regresar al país como prenda de paz, pero el gobierno radical de Arturo Illia y los Estados Unidos impidieron que el avión llegara a Buenos Aires, siendo obligado a regresar a Madrid.

Por su parte, Cristina Kirchner decidió en 2015, 2019 y 2023 transitar la avenida del medio eligiendo candidatos moderados como lo fueron Daniel Scioli, Alberto Fernández y Sergio Massa, creyendo que esos candidatos negociarían mejor con el establishment económico. Fueron tres grandes fracasos; más allá de que en 2019 Alberto Fernández ganó las elecciones, su gobierno fue malo, se sabe que pandemia, guerra en Ucrania y sequía mediante.

Perón, ese genio de la táctica y la estrategia, se dio cuenta de que por el camino del medio no había posibilidades de recuperar el poder. Dirigentes sindicales comenzaban a negociar con Onganía, domesticados por prebendas y beneficios que le ofrecía la Revolución Argentina en 1966. Vandor empezó a usar la frase “Para salvar a Perón, hay que estar contra Perón”.

Fue entonces que Perón decidió jugar una nueva carta y apostó a la juventud, que día a día se acercaba al pensamiento nacional a través de las ‘cátedras nacionales’, la apertura de la Iglesia hacia el mundo luego del Concilio Vaticano II y la llamada Teología de la Liberación y los libros de pensadores nacionales como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Rodolfo Puiggrós, Jorge Abelardo Ramos y Juan José Hernández Arregui, entre otros.

Allí nació el trasvasamiento generacional donde invitaba a la juventud a convertirse en la cabeza del movimiento justicialista. La jugada produjo la formación de decenas de grupos juveniles que se declaraban peronistas, muchos de ellos dentro de la Universidad.  Algunos decidieron tomar las armas para luchar por la vuelta de Perón, el general los dejó actuar y los llamó “formaciones especiales”.

Desde que Cristina dejó el poder en 2015, siempre apostó por candidatos centristas. Primero Daniel Scioli, luego Alberto Fernández y por último Sergio Massa. Solo tuvo una jugaba fuerte en el año 2017 cuando conformó Unidad Ciudadana, por afuera del PJ bonaerense y aunque perdió las elecciones con Cambiemos, realizó una importante elección, que la posicionó para decidir una vez más la candidatura de 2019. Otro acierto fue en 2019 cuando apostó por Axel Kicillof como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires frente a algún candidato más conservador.

Como decía Lenin en su libro ¿Qué Hacer?, sería importante que Cristina deje que aparezcan nuevas figuras, olvidarnos un poco de los peronistas conservadores como Guillermo Moreno o Miguel Ángel Pichetto por creer que la sociedad se derechizó y que hay que volver a jugar por la “avenida del centro”. De alguna manera, el último documento de Cristina busca una nueva salida por el centro.

Tampoco sirve seguir haciendo política por Twitter como es común en muchos dirigentes de Unión por la Patria. Hay que organizarse y volver a las grandes banderas del peronismo, como lo planteó en 2003 Néstor Kirchner: crecimiento económico, mejora de los salarios y jubilaciones, una mirada a Latinoamérica y una defensa fuerte de las políticas de derechos humanos. Actuar sin miedo ante el establishment económico, como fue la estatización de las AFJP e YPF por parte de Cristina e intervenir el poder judicial, como lo hizo Perón en 1947 o el mismo Hugo Chávez en Venezuela.

Para ganar hay que jugar fuerte. Como decía Perón “Al amigo, todo; al enemigo, ni justicia”.

 

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