Javier Milei ratificó que necesita conseguir 15.000 millones de dólares más para salir del cepo al dólar, pero agregó que no piensa conseguirlos solamente a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), sino también mediante préstamos de otros países y de fondos privados.
“Para salir del cepo necesitamos 15.000 millones de dólares”, precisó el presidente, y destacó que hay “distintas vías (para conseguirlos)”, y que una de ellas es que el FMI trabaje como auditor, que aporte una parte”, pero que otra podría provenir de “fondos de otros países con los que Argentina tiene comercio fluido”, y una tercera parte de “fondos de inversión”.
“Por ejemplo, para hacerlo fácil, (podríamos conseguir) 5.000 millones de dólares” de cada uno de estos tres orígenes, señaló en una entrevista que brindó a Bloomberg y que se conoció este viernes.
Por su parte, en las últimas horas se confirmó que, con ese objetivo, el ministro de Economía, Luis Caputo, viajará a Washington el próximo 17 de abril para asistir a la Asamblea de Primavera del Fondo, en un momento crítico del programa económico, cuando deberá empezar a pagar deuda con importadores por más de 3.000 millones de dólares y el campo se niega a liquidar la cosecha gruesa si no devalúa previamente.
Hay que recordar que Caputo llegó al cargo con la promesa de conseguir el financiamiento necesario para la salida gradual de las restricciones cambiarias. Hasta ahora viene fracasando en toda la línea, y su última apuesta es conseguir que en este encuentro lo reciba la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y le libere los 15.000 millones que, según Milei, es lo que necesita para terminar con el cepo y empezar así a normalizar una macroeconomía.
Pero desde el FMI miran con escepticismo la hoja de ruta que exhibe el Gobierno. Por ejemplo, Rodrigo Valdés, director del FMI a cargo del caso argentino, afirmó que “aún es prematuro discutir las modalidades precisas del programa” con Argentina, y advirtió que “es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, no la cantidad”.
El hecho es que la reticencia del Fondo a jugarse por el programa económico de Caputo trasluce la discusión de fondo: devaluar -como pretende el organismo- o ensayar algún tipo de dolarización de la economía o neoconvertibilidad. “Por un montón de razones el Fondo nunca le va a dar a Milei 15 mil millones de dólares para que dolarice”, afirmó un economista con varias negociaciones con el FMI en la espalda.
Por su parte, la vocera del organismo financiero, Julie Kozack, dijo que es “prematuro” hablar de un nuevo programa para la Argentina, y dio una mala señal para los 15.000 millones que Caputo quiere conseguir en su viaje a Washington.
Sin embargo, la portavoz advirtió sobre la necesidad de actuar “pragmáticamente” en la construcción de apoyo social y político de las reformas que implementa el Gobierno y la necesidad de llevar adelante “una consistente y bien comunicada política cambiaria y monetaria, para apoyar de manera sostenida la acumulación de reservas y la desinflación”.
Caputo queda así muy presionado para conseguir financiamiento y al mismo tiempo evitar una nueva devaluación, que por su impacto inflacionario abre un gran interrogante sobre la tolerancia social y su propia continuidad en el Palacio de Hacienda, que el presidente Milei se encarga de agitar recibiendo a solar para hablar de “la marcha de la macroeconomía” a ministeriables como José Luis Espert o Demian Reidel.