Para el Gobierno, se viven horas cruciales, ya que la Cámara de Diputados iniciará hoy el debate de la nueva ley de Bases y Puntos de Partida (más conocida como Ley Ómnibus) que negoció en su totalidad con los llamados bloques “dialoguistas” durante más de un mes, tras el fracaso de febrero, y que incluirá el paquete fiscal.
Después de entender que el camino era la negociación, y tras semanas y semanas de reuniones y acuerdos con esa casta que Javier Milei dice detestar, La Libertad Avanza pretenderá darle al presidente facultades delegadas, desregular la economía, privatizar empresas públicas, llevar adelante una reforma laboral que fomenta la precarización, restituir el impuesto a las ganancias y también la extranjerización de las tierras, entre otras cuestiones.
La clave de la sesión, que comenzará este mediodía, no estará allí, sino en la votación en particular -junto al paquete fiscal- de la misma, con varios frentes abiertos y artículos aún en puja, bloques opositores que ni siquiera saben qué harán sus legisladores, y un Senado que mira de reojo y ya enciende luces naranjas.
Anoche, ninguna fuerza podía confirmar, de manera fehaciente -salvo mano alzada o rechazo generalizado- la votación en particular de los artículos que continúan en disputa. Este error del oficialismo saldría caro, ya que ambos textos pasarán al Senado, en caso de contar con aval de la Cámara baja.
Mientras tanto, hasta entrada la noche habrá vigilias, ruidazos, marchas y movilizaciones alrededor del edificio del Congreso, convocadas por las centrales obreras, trabajadores de la economía popular, también por científicos e integrantes del mundo de la cultura en rechazo a la reforma de la Ley Ómnibus. También habrá un ruidazo convocado a las 18 en “todas las plazas y esquinas del país” por la denominada Multisectorial Federal de la República Argentina,
Y por supuesto, la ministra Patricia Bullrich dispuso un fuerte operativo de seguridad en las inmediaciones del Congreso, para poner en práctica el protocolo antipiquetes.
En Diputados hicieron el cálculo y llegaron a la conclusión de que la votación podría llegar a tener lugar el miércoles. Por ese motivo, el oficialismo intentará acelerar el proceso lo más que pueda –incluso eliminando los cuartos intermedios–, para que los diputados puedan levantar la mano antes de la marcha que la CGT, la CTA y los movimientos sociales anunciaron que harán el miércoles por el día del trabajador.
Ayer, los opositores que ya adelantaron que votarán a favor del gobierno salieron, sin embargo, a pedir que “el poder Ejecutivo baje los decibeles”. El encargado de transmitir el mensaje fue el presidente del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto. Lo hizo tras una entrevista que dio el Presidente en la que volvió a cuestionar a los legisladores: “El Congreso fue una máquina de impedir hasta este momento”, provocó.
Sin embargo, Pichetto volvió a dejar en claro que él y su bloque acompañarán a LLA cuando sostuvo que cree “que el Gobierno debe tener los elementos para gobernar”, y añadió, incluso, que “si el Gobierno hubiera hecho una ley más acotada en diciembre ya la hubiera tenido”.
En el oficialismo consideran que tendrán los 140 votos necesarios para la aprobación de la Ley Bases en general, pero aún resta saber qué pasará a último momento con la votación en particular. Si bien hubo un trabajo previo de la Casa Rosada con gobernadores y jefes de bloque – algo que no había ocurrido en el fallido intento anterior- hay algunos puntos que todavía están en duda y, además, es posible que la oposición, incluso amigable, quiera introducir modificaciones de último momento.