En medio de las internas que en los últimos tiempos viene sacudiendo al peronismo, Cristina Kirchner esta vez prefirió poner paños fríos y apuntar los cañones contra el enemigo común: Javier Milei y la Ley Bases. Fue durante la inauguración del Salón de las Mujeres del Bicentenario en el Instituto Patria, en donde la ex presidenta aprovechó para homenajear a las grandes mujeres de la historia que Karina Milei desplazó cuando rebautizó el salón de Casa Rosada como “Salón de los próceres”. “Tengo el optimismo de que algún día todas ellas volverán a la Casa Rosada”, lanzó.
Frente a un público reducido y compuesto casi exclusivamente por mujeres, CFK ironizó sobre el anticomunismo de Milei, insistió en que el superávit del que se jacta es “trucho”, y cuestionó con dureza el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que se está discutiendo en el Senado. “Es el estatuto legal del coloniaje versión Siglo XXI”, calificó, mientras sintetizó que “el objetivo de este gobierno es que sigamos endeudados para controlar nuestro desarrollo y nuestra vida”.
“Estamos en presencia de una fuerza política que tiene un problema con las mujeres. Una diputada muy representativa del sector [por Lilia Lemoine] quiso presentar un proyecto en el cual los hombres podían renunciar a su paternidad, una cosa muy insólita”, afirmó Cristina en el comienzo del acto.
“Hace poco, un senador [por Francisco Paoltroni], además de una versión libre del cuento La Bella Durmiente, nos anoticia de que el femicidio no existe, que es un asesinato”, completó la exmandataria, quien aclaró: “Yo no soy feminista”.
La decisión del Gobierno de cambiar el nombre del Salón de las Mujeres del Bicentenario en la Casa Rosada (que había establecido Cristina en 2009) se hizo bajo “un falso argumento de sesgo ideológico”, dijo, al tiempo que enumeró la presencia en ese salón de imágenes de mujeres de ideas contrapuestas. “Junto a Eva estaba Victoria Ocampo, ícono del antiperonismo en la República Argentina. Estaba también Juana Azurduy junto a Mariquita Sánchez de Thompson”, ejemplificó.
Dirigiéndose a Milei, le pidió que abandonara “esa costumbre de estar hablando tonterías por el mundo, acerca de un mundo que no existe; que el comunismo, el socialismo…”, dijo CFK: “Presidente, se cayó el Muro de Berlín en 1989, ¿De qué comunismo me habla? Tiene muchos prejuicios, se lo dije el día que asumió. Le dije ‘Colóquese a mi izquierda’; me dijo que era imposible y le dije que se le iban a caer muchos prejuicios cuando se sentara en el Sillón de Rivadavia, como se le están cayendo. Todo lo que dan como verdad absoluta no tiene conexión con la realidad. Esto es lo que está pasando”, enfatizó.
Por otra parte, sostuvo que “el superávit es trucho. Tengo en mis manos una resolución de la Secretaría de Energía, fechada ayer, 6 de mayo. Apareció el gran reperfilador, El Toto Caputo [por el ministro de Economía, Luis Caputo], reperfilando la deuda de las energéticas, con un bono de deuda en dólares para la deuda correspondiente a diciembre y a enero. Y para febrero y marzo, un plan de pagos a 48 cuotas que van a tener que pagar las distribuidoras”, resaltó. Y añadió que “instan a las jurisdicciones provinciales y municipales a que pongan ‘la tarasca’ que necesitan las distribuidoras”.
“El lunes o martes suspendieron los aumentos de las tarifas previstos a partir de mayo. ¿Por qué? Simple. Porque iban a ser impagables para la gente”, se contestó, y aseguró que esto demuestra que “el problema no son los subsidios”.
Junto a decenas de invitadas especiales y dirigentes de Unión por la Patria, Cristina Kirchner se expresó enfáticamente en contra del “modelo neocolonial en el siglo XXI basado en el extractivismo sin valor agregado”. Al respecto, alertó que “va a condenar a los argentinos una vez más a la desocupación que ya empieza a visualizarse y que va a ser más profunda”.
Más adelante en su discurso, se refirió a la media sanción de la Ley Bases en Diputados: “En lo que fue aprobado, se le otorgan al presidente facultades para renegociar o anular contratos de obra pública en virtud de la emergencia. Y, en el mismo artículo, se incluye una excepción: podrán hacer cualquier cosa con cualquier contrato, excepto con los que están establecidos en el marco de la Ley 23.696, que es la vieja ley de privatizaciones y sus marcos regulatorios, y todos estos contratos de generación de energía. Con lo cual, la media sanción va a impedir darle legalidad a esta resolución, porque dejan a los contratos fuera de las facultades que otorga la emergencia”, puntualizó.
Cristina también criticó con especial énfasis el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que incluyó el Gobierno en el proyecto de Ley Bases. Lo describió como el “estatuto legal del coloniaje versión siglo XXI”, porque impulsa una “economía extractivista, sin valor agregado, sin generación de tecnología”.
“La inversión extranjera directa más importante de la democracia se realizó entre 2003 y 2015. Y eso que no privatizamos nada, recuperamos YPF y Aerolíneas. A la inversión extranjera directa, a partir del tercer año, la van a dejar exportar sin dejar ni un solo dólar a las reservas del Banco Central. ¿Con qué dólares piensan pagar la deuda externa, si no van a entrar dólares? La ‘maquinita’ no la tenemos. O, a lo mejor, el objetivo es que sigamos endeudados para controlar nuestro desarrollo y nuestra vida”, reprochó.
En el salón fueron homenajeadas Eva Duarte de Perón, Alicia Moreau de Justo, Victoria Ocampo, Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, Alfonsina Storni, Lola Mora, Mercedes Sosa, Tita Merello, Aime Paine, Blackie, Cecilia Grierson, Madres de Plaza de Mayo y Madres de Malvinas.