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La Plata
7 septiembre, 2024
PAÍS

La contundencia del “parazo” de ayer, mostró el poder de los gremios y la bronca del Gobierno

A cinco meses del inicio del mandato de Javier Milei, la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA llevaron adelante ayer el segundo paro nacional contra el gobierno: a pesar de lo intentos de la administración libertaria por minimizar y denostar el alcance de la medida, tanto el testimonio del vacío de las calles en CABA, el AMBA y las grandes ciudades del país como las expresiones de los sindicatos, arrojan que fue contundente el impacto del paro contra el brutal ajuste que recae sobre gran parte de la población.

La actividad aérea de este jueves fue totalmente nula en el Aeroparque Jorge Newbery, mientras que en el aeropuerto internacional de Ezeiza solo operaron algunas líneas aéreas. Asimismo, se registró un paro de actividades en trenes, subtes y la gran mayoría de líneas de colectivos que operan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

La adhesión de gremios de diversos sectores también generó complicaciones durante todo el día en el funcionamiento de hospitales, escuelas, universidades, supermercados y actividades como la portuaria y la bancaria, entre otras, y coinciden en que se trató del paro más fuerte de los últimos 20 años.

Balance de la CGT y las CTA

A la hora de hacer un balance sobre el paro, uno de los triunviros de la CGT, Rodolfo Daer, destacó la contundencia de la medida y afirmó que el “gobierno debe tomar nota” de lo ocurrido. “Nosotros tomamos nota del acompañamiento”, agregó, en referencia al amplio respaldo que el paro general recibió de distintos sectores de la sociedad.

Además, describió la acción como un “llamado de atención a las autoridades”, al hacer referencia al amplio respaldo que el paro general recibió de distintos sectores de la sociedad. “Fuimos al paro porque el ajuste recayó sobre los jubilados y sobre los sectores más vulnerables”, subrayó el dirigente del gremio de Sanidad, que cuestionó a quienes aseguraron que la medida “no tenía explicación”.

Por su parte, las dos CTA manifestaron “con gran satisfacción” que el paro fue “un rotundo éxito con alta adhesión en todo el país”. En esa línea, aseguró que hubo “un acatamiento prácticamente total en la industria” con “niveles que superaron el 90% en el comercio y casi el 100% en el sector público”.

“Esta demostración contundente de rechazo a las políticas de Javier Milei refleja el compromiso y la conciencia sindical y de clase de los trabajadores argentinos”, expresaron. “También que la unidad en acción de las tres centrales sindicales resulta un factor determinante”, añadieron.

“Los intentos del Gobierno por infundir miedo y temor fueron infructuosos. Salvo aquellos que garantizan guardias mínimas en servicios esenciales, ningún estatal concurrió a trabajar. En este momento, la adhesión a la medida es casi total en todo el país”, señaló en tanto Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE, en declaraciones radiales.

La respuesta del Gobierno

Mientras, desde el Gobierno se buscó transmitir normalidad, con actividades de rutina en Casa Rosada y la quinta presidencial de Olivos, ante el paro nacional organizado por la CGT, que a lo largo de la jornada logró reducir de manera mayoritaria el transporte público.

Si bien hubo críticas fuertes del Gobierno a la huelga, a la que consideró “política”, en la sede gubernamental también reconocieron que se mantiene la idea de sostener un “canal abierto” mediante una mesa que reúna a ambas partes, como se conversó en el encuentro oficial de mediados del mes pasado.

Aunque, desde el ala más dura enfatizaron que “el paro fue un fracaso total”, y que “mostraron, una vez más, que están del lado equivocado”. Especialmente los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Seguridad, Patricia Bullrich, confrontaron con los sindicatos, mientras que el presidente Javier Milei siguió la protesta desde la quinta de Olivos, y su hermana Karina presidió la reunión de Gabinete.

Y desde ese sector justamente descartan establecer algún canal de diálogo con los sindicatos y buscan redoblar la “batalla cultural”, por lo que la primera reacción fue la poca novedosa apuesta al mensaje “Yo no paro” y a encuestas de consultoras amigas, que muestran un rechazo a la medida.

 

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