La ausencia del Estado, de la que tanto se jacta el gobierno de Javier Milei, es obvio que empezara a pasar factura: esta situación está llevando a una crisis energética insólita. En medio de una ola de frío que se anticipó, el país se encuentra con todas las estaciones de GNC sin suministro de gas, al igual que unas 300 industrias en todo el territorio y el riesgo de que, más temprano que tarde, los cortes lleguen a los hogares.
Después de una semana de bajas temperaturas, el sistema de provisión de gas, que operaba al límite, entró anoche en estado de emergencia y derivó en el corte total de suministro a esas industrias y a las estaciones de servicio de GNC en todo el país.
El ajuste en la obra pública, que incluyó la parálisis de las obras en el Gasoducto Néstor Kirchner, y el recorte en un 80 % de la importación de combustibles para mostrar un ficticio superávit primario, explican la actual faltante de gas en todo el país.
Para esta altura del año, el gasoducto debería estar transportando 22 millones de m3/d de producción nacional, en vez de los 11 millones con los que opera actualmente.
El hecho es que, por estas horas, con el presidente Milei nuevamente en Estados Unidos en otro viaje privado y el gabinete todavía sacudido por la purga interna que lanzó Karina Milei, el caos en la Casa Rosada es total y no hay quién ordene una línea de acción a la crisis de energía que, para colmo, se profundizará con la llegada del invierno.
En total, hay 300 industrias sin gas, mayoritariamente en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, y la afectación es transversal a todos los sectores, incluida la petroquímica y el sector alimenticio, como Molinos Cañuelas y La Serenísima, entre otras empresas.
Asimismo, la generación térmica de electricidad debió pasar de utilizar gas a combustibles líquidos, que son más caros, por lo cual la escasez actual impactará también en las cuentas públicas del Tesoro, que le envía recursos a Cammesa, la compañía encargada de los despachos de energía eléctrica.
En medio de la escasez de gas que se registra en las estaciones de servicio en los últimos días y en medio de una ola de frío más baja de lo habitual para la época del año, el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares, envió una nota a las principales transportistas y distribuidoras de gas del país para que identifiquen y cuantifiquen los contratos de gas interrumpibles que puedan ser susceptibles de cortes durante los próximos días debido al aumento que se espera en la demanda.
En tanto, el vicepresidente de Cámara de Expendedores de GNC, Oscar Olivero, detalló que “tenemos tres días por delante sin GNC en todas las estaciones del país”. Detalló que hasta ayer faltaba GNC en algunas provincias y hoy ya va a ser en todas las estaciones del país”. “Normalmente este faltante de gas sucede en junio o julio, pero la situación está complicada. A la 1 de la mañana recibimos una comunicación de corte de GNC en todas las estaciones y van a tener que cerrar todas “, advirtió.
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, se anotició de la gravedad de la crisis cuando esta ya explotó y de manera muy desordenada ahora el gobierno quiere cubrir el faltante comprando barcos de GNL, que cuestan al menos el triple que el gas de Vaca Muerta. Especialistas calculan que esto le costará al gobierno unos 3.200 millones de dólares, que amenazan con llevarse puesto el superávit y la acumulación de reservas.
Y por supuesto, todo apunta a un pésimo manejo de la situación por parte de la administración de Javier Milei. La semana pasada, el Gobierno salió de urgencia a licitar la adquisición 12 cargamentos de fueloil y gasoil. Sin embargo, a pesar de estar cerca de concretar el arribo de un barco de Gas Natural Licuado (GNL) provisto por la compañía estatal de Brasil, Petrobras, la posibilidad se frustró en las últimas horas, y el panorama se complejizó.
Enarsa le compró el cargamento de GNL a la petrolera brasileña pero no pudo documentar la transferencia de 22 millones de dólares, por lo que Petrobras no autorizó la descarga del fluido en la terminal regasificadora de Escobar.
Además, es difícil aislar la crisis de la pésima relación que el presidente Lula tiene con Milei, que se ha cansado de insultar a su par brasileño e invitó a su asunción al ex mandatario Jair Bolsonaro, en una afrenta grave al líder del PT.