El Papa Francisco lanzó hoy un mensaje que parece apuntar al gobierno de Javier Milei, en medio de los brutales ajustes de su plan económico y la crisis en el Ministerio de Capital Humano a raíz de las denuncias por alimentos sin repartir y pagos de sobresueldos. Sostuvo, sin nombrar a ningún país en particular, que los gobiernos que enfrentan problemas de deuda no pueden imponer a sus pueblos “privaciones incompatibles con la dignidad humana”.
“Después de una globalización mal administrada, después de la pandemia y de las guerras, nos encontramos frente a una crisis de deudas que afectan principalmente a los países del sur del mundo, generando miseria y angustia, y despojando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno”, planteó Jorge Bergoglio.
“En consecuencia, ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana”, agregó.
El mensaje de Francisco coincide con la política de ajuste que viene imponiendo el gobierno de Javier Milei, priorizando que el país mantenga un equilibrio fiscal, lo que generó una retracción del consumo y el empleo. Además, se da en medio del escándalo por el acopio de alimentos próximos a vencer en dos depósitos del ministerio de Capital Humano.
Ante economistas, ministros, directivos de organismos internacionales, eclesiásticos y académicos de todo el mundo, las declaraciones de Francisco tuvieron lugar durante una audiencia en el Vaticano con participantes de una conferencia titulada “La Crisis de la Deuda en el Sur Global”.
El encuentro fue organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales junto a la Iniciativa para el Diálogo Político, organismo a cargo del Nobel de Economía, Joseph Stiglitz y su delfín, el ex ministro de Economía argentino Martin Guzmán.
El Sumo Pontífice convocó a una “responsabilidad compartida” entre quienes dan financiamiento y quienes lo reciben. Y planteó la necesidad de “un mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos” que tome en cuenta las “implicaciones económicas, financieras y sociales” del endeudamiento.
Agregó que “la ausencia de este mecanismo favorece el ‘sálvese quien pueda’, donde pierden siempre los más débiles”, en un contexto en el que “la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda”, expresó Francisco.
Estas declaraciones del Papa Francisco coinciden con las reiteradas críticas que la Iglesia Católica y sus representantes en Argentina vienen realizando al gobierno de Javier Milei por la falta de atención sobre los más necesitados, en medio de la fuerte crisis económica de los últimos meses.
Por ejemplo, días atrás el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, reclamó al gobierno nacional que entregue “rápidamente los 5 millones de kilos de “alimentos guardados”.
Por su parte, el sacerdote del Grupo Opción por los Pobres, Paco Olveira, fue más allá y amenazó con iniciar una huelga de hambre si el Gobierno no entrega los alimentos que tiene guardados en un galpón. “Somos dos curas y un religioso franciscano, esperamos que no haga falta, y que primen la racionalidad y la cordura”, sostuvo.
El propio Francisco cuestionó la filosofía liberal que defiende Milei cuando lamentó, días atrás, que “la economía liberal no acepte el término ‘justicia social'”. El presidente argentino, como expuso en diversas ocasiones, considera el concepto de justicia social como “aberrante” porque, argumenta, implica “robarle a alguien el producto de su trabajo para darle a otro”, y “constituye un trato desigual frente a la ley”.