Luego de la Ley Base de coloniaje que lleva a que un millón de trabajadores pasarán a pagar Ganancias por el equivalente al 0,5 por ciento del PBI y paralelamente le rebajan los impuestos a los millonarios por el impuesto a los Bienes personales, el gobierno va por más y está decidido a sacarle el bono a cerca de 5 millones de jubilados que ganan la mínima.
El presidente Milei puso en duda el próximo pago de 70.000 pesos a los abuelos que reciben los que cobran la mínima. “El bono es discrecional. Solo habrá bonos en función de cómo viene la situación y cómo vienen los números fiscales”, señaló el Presidente durante una entrevista televisiva en su primera aparición pública tras la votación. “No vamos a mentirle a la gente dándole cosas que no hay. Eso terminaba siendo emisión monetaria”, agregó.
El otorgamiento de los bonos que complementan el ingreso de la jubilación mínima comenzó en 2021 y continuó de manera ininterrumpida incluso después del cambio de gestión, con el objetivo de compensar los resultados de la errática fórmula previsional. En junio, la jubilación mínima sin bono fue de 206.931 pesos más el bono de 70.000 pesos.
Desde que asumió el gobierno libertario, según el CEPA (Centro de Economía Política), el recorte en las jubilaciones aportó un 31,5 por ciento del ajuste total del gasto de estos cinco meses. El economista Nadin Argañaraz agrega que hasta abril, los jubilados que cobran la mínima tuvieron una pérdida del 24 por ciento en sus haberes, y el resto del 37 por ciento. Solo en cuatro meses, el guarismo fue similar a la pérdida que sufrieron las jubilaciones mínimas durante los cuatro años de Mauricio Macri, de aproximadamente 20 por ciento. Durante la gestión de Alberto Fernández las jubilaciones mínimas cayeron, en promedio, un 2 por ciento real, aunque los haberes superiores tuvieron una mayor caída, de entre 25 y hasta 35 por ciento en el caso de las jubilaciones más altas.
En Diputados, los legisladores aprobaron una pequeña recomposición que ahora analizará el Senado. El presidente los trató de “degenerados fiscales” por querer mejorar la situación de los abuelos, cuando el costo es de solo 0,4 por ciento del PBI. En cambio, con la reducción de Bienes personales, el gobierno perdió el 0,7 por ciento. Una cosa es ayudar a los abuelos y otra ayudar a los ricos.