El gobernador Axel Kicillof se muestra cada día más confiado en su figura, en su gestión y en presentarse como un claro opositor al presidente Javier Milei. En lo interno, trata de mantener sueldos dignos para los bonaerenses, mantener la obra pública que el gobierno nacional suspendió y hasta se toma su tiempo para cubrir la demanda de medicamentos oncológicos que Milei le sacó a la gente en tratamiento contra el cáncer.
Mientras tanto, desde sectores del Instituto Patria y del kirchnerismo, surge el nombre de Cristina Kirchner para presidir el PJ Nacional en las elecciones que se harán el 17 de noviembre. La ex presidenta no es muy afín a ocupar ese tipo de cargos, pero hoy sabe que es clave para negociar con otros sectores y armar un gran frente nacional para enfrentar las políticas de entrega y saqueo de La Libertad Avanza.
En solo siete meses, la política de Milei ha sido brutal en contra de las mayorías: despidos masivos, cierre de fábricas, tremenda inflación, aumentos de alimentos, abandono de los más necesitados y una ley recientemente aprobada que emtregará los recursos argentinos para ser saqueados por empresas multinacionales que no dejarán ningún beneficio al país. De allí que ha llegado el momento de dejar sutilezas y pequeñas peleas de egos para trabajar por la unidad del peronismo.
El acto de San Vicente fue una muestra clara de pensar en la unidad y fortalecer al peronismo. Estuvieron el gobernador Ricardo Quintela, la senadora Lucia Corpacci, Máximo Kirchner y La Cámpora. Solo faltó Sergio Massa, que por ahora mantiene silencio y busca acuerdos con Horacio Rodríguez Larreta en la ya perimida “ancha avenida del medio”.
Kicillof fue claro al plantear que “el peronismo va derecho al futuro” y llamó a construir “junto a las fuerzas populares una alternativa que permita rebatir y revertir la destrucción que está en curso. Vamos a organizarnos para luchar por el proyecto de país que nuestro pueblo se merece”. Y agregó: “Algunos pensarán que estamos para recordar el pasado, pero se equivocan: si vinimos tantos y tantas es porque estamos acá para construir el futuro”.
Por su parte, Cristina, en su entrevista en Gelatina, señaló que “no puede ser que el peronismo discuta solo la agenda, tiene que discutirse con alguien más, por ejemplo, qué hacemos con la deuda. Debemos, según el último reporte del FMI, 400 mil millones de dólares. ¡Y estamos proponiendo un modelo extractivista que no nos deja un dólar!”. Luego, consultada por “si algo del peronismo quedó viejo”, Cristina respondió: “No, al contrario: la tercera posición, armonizar la comunidad, la educación, el medioambiente. Viejos quedaron algunos peronistas y gorilas ni hablar, pero el peronismo no es viejo”.
Más allá de que todavía no hay un líder claro para el 2027, el peronismo se empieza a ordenar y Axel Kicillof aparece como una figura central dentro del peronismo con las banderas tradicionales de un desarrollo económico con justicia social y soberanía política, pero pensando en “crear nuevas canciones” para volver a enamorar.
La idea de un sector que rodea al gobernador es mantener una posición firme de enfrentamiento a las políticas del presidente Milei, recorrer las provincias y mantener una agenda propia sin depender del kirchnerismo duro. De allí los conflictos con Máximo Kirchner y La Cámpora que todavia consideran que la agenda la debe mantener Cristina.
Por ahora, la idea de Axel es enfrentar las políticas de entrega del libertario y ofrecer una alternativa seria para que el país retome la senda del crecimiento. No es fácil, pero ya puso primera. Cristina, que ya ha expresado más de una vez que no quiere cargos políticos, podría cumplir un rol importante en la conducción y organización del PJ nacional y en la necesidad de construir un gran frente electoral.