Mientras el presidente Javier Milei se divierte en las redes sociales y le dice al expresidente Alberto Fernández que, si quiere, puede enviar a su perro Dylan a la residencia de Olivos, asegurando que “las fuerzas del cielo” lo cuidarán, frente a empresarios comenta despreocupadamente: “Todo el mundo ve el milagro, menos los argentinos”. Sin embargo, la inflación de julio fue del 4%, y la acumulada en su gestión supera el 112%.
Aunque la inflación bajó en julio al 4%, comparado con el 4,6% de junio, los números siguen siendo alarmantes. La inflación acumulada este año es del 87%, que sumado al 25% de diciembre, supera el 112%, alcanzando un total del 263% anual.
Según el INDEC, los precios regulados subieron menos que el mes anterior, pese a que el incremento tarifario de luz y gas y el ajuste en las prepagas lideraron el alza en el séptimo mes. Hicieron contrapeso los precios de los combustibles y también la inflación en alimentos que otra vez se mantuvo moderada (3,2 por ciento) de la mano de la recesión brutal que soportan los argentinos.
La inflación de julio se caracterizó por una nueva baja en la categoría de precios regulados (que ascendió 4,3 por ciento versus 8,1 el mes anterior). Lo mismo aconteció en mayo, último mes en que se registró una inflación en torno al 4 por ciento, con suspensión de los tarifazos. Si bien en julio el Gobierno finalmente autorizó subas de tarifas, fueron menores a las inicialmente programadas. Aún así los precios en la división Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles subieron 6 por ciento y anotaron el tercer registro más alto en el mes.
En cuanto al resto de las divisiones, se destacó el 6,5 por ciento en Restaurantes y hoteles, que tuvo una incidencia importante en las grandes urbes y estacionalmente dado el período de vacaciones de invierno. El segundo lugar lo ocupó la división de Bebidas alcohólicas y tabaco con un alza del 6,1 por ciento, empujada por el aumento estacional en los cigarrillos. Por estos motivos la categoría de precios estacionales se aceleró en julio (subió 5,1 por ciento versus 4,4 el mes anterior) a diferencia de lo ocurrido con los precios regulados. También el aumento del 5,7 por ciento en Recreación y cultura estuvo vinculado a las remarcaciones por el receso invernal.
El cuarto lugar lo ocuparon los precios “regulados” en Salud que tuvieron un salto de 5,8 por ciento en julio, que se aleja de la dinámica del mes anterior cuando el Gobierno exigió a las prepagas que retrotrajeran los aumentos en las cuotas aplicados por encima de la inflación hasta el momento. Según resolvió el Gobierno hasta septiembre las cuotas de la medicina prepaga no podrán superar el aumento máximo previsto por la inflación acumulada al mes de facturación, o uno anterior.
Otros items que con inflación minorista inferior a los meses previos fueron Educación, con un alza del 4,2 por ciento, y Comunicación, Bienes y servicios varios, Equipamiento y mantenimiento del hogar todos ellos con un aumento del 3,5 por ciento. Por último, Alimentos y bebidas no alcohólicas subió 3,2 por ciento en el mes, en línea con el aumento del mes anterior, evidenciando aumentos destacados en frutas, verduras y productos lácteos. El ciclo recesivo de la economía y el cuasi-congelamiento cambiario (otro precio regulado por el Gobierno) claramente inciden sobre estos precios.
Más allá que se espera que en agosto vuelta a subir la inflación, en parte por los brutales aumentos en el transporte público, en las tarifas y en los alimentos. Nadie se cree que las frutas, verduras y alimentos en general no hayan aumentado, cuando la realidad es otra.
Al presidente parece poco interesarle la dura realidad que viven los argentinos, y ayer, en el evento del Council of the Americas, rogó a los empresarios que inviertan, al tiempo que prometió la salida del cepo y la devolución de impuestos. “Vamos, inviertan; la gente no puede esperar más, pero entiende que este es el único camino. La política debe comprender lo mismo y acompañar con su propio esfuerzo el de la ciudadanía”, dijo. Y completó con una frase que suena a una burla: “Es interesante, todo el mundo ve el milagro menos los argentinos”.