“No podemos caer en la ingenuidad de no ver la maniobra de Victoria Villarruel de intentar imponer una agenda alejada de los verdaderos valores de la democracia”. Así lo señala en un comunicado el interbloque de Unión por la Patria que, por amplio margen, es la primera minoría en el Senado.
De esta manera, el objetivo de esta declaración apunta a dejar atrás la polémica de los últimos días entre Cristina Kirchner y el jefe del interbloque, José Mayans, acerca del grado de relacionamiento que debían tener con la vicepresidenta, quien el martes encabezó un acto de reivindicación de la última dictadura, en el que expresó que “los Montoneros tienen que estar respondiendo por ensangrentar nuestra Nación”.
Días atrás, CFK pedía irónicamente en sus redes sociales un examen psicológico para los que veían a Villarruel cercana al peronismo. Quienes se habían manifestado en esa dirección fueron, en primer lugar, el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y el ex secretario de Seguridad, Sergio Berni, quienes resaltaron por encima de todo el supuesto componente nacionalista del ideario de la vicepresidenta.
Les siguió Mayans, quien mantuvo un intercambio jocoso con Villarruel durante la última sesión en el Senado y luego expresó en una entrevista que la veía más cercana a la ideología peronista que al anarco capitalismo de Javier Milei. En ese momento la ex presidenta decidió intervenir porque consideró que la cuestión ya había ido demasiado lejos.
Según la explicación que daban en su entorno, CFK no sólo buscó cortar todo entendimiento con Villarruel, a quien considera en las antípodas de su pensamiento. Sino también echar por tierra la especulación en torno al armado de un juicio político a Javier Milei, con una mayoría parlamentaria -en la que Unión por la Patria cumple un rol clave- que colocara a la vice al frente de la Casa Rosada.
En este contexto, el interbloque de senadores de UP subió a las redes un comunicado con el título “El Senado no es lugar para genocidas”. En un texto de dos carillas, pusieron de relieve que el Congreso ya había dado su opinión histórica sobre lo ocurrido durante la represión de los años 70 al anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. “Insistir con volver al pasado solo tiene un sentido revanchista, de venganza y de rencor”, sostuvieron. Contundente contra la movida de la vicepresidenta y una señal de alineamiento del bloque, luego de las idas y venidas con Mayans.
Por otra parte, Cristina ordenó que sus senadores hagan tambalear los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, en respuesta al pacto de Javier Milei y Mauricio Macri.
“Dos cenas de milanesas y la señora rompió todo”, afirmó el operador de uno de los despachos más importantes del Senado, luego de que Cristina dispusiera que Anabel Fernández Sagasti se retirase de la comisión en la que estaba exponiendo García-Mansilla.
Entre los aliados del gobierno la versión que circula es que CFK enfrió su apoyo a Lijo. En el entorno de la vicepresidenta juegan con el misterio: “La posición de Cristina sobre este tema la van a conocer cuando se conozca”.
1 comentario
Hasta cuándo el pueblo puede soportar a este gobierno tenemos que salir todos juntos a la calle, ya vimos lo. Que paso con los pobres jubilados salieron solos y los cagaron a palos