En el Día de la Industria, dos modelos se enfrentaron en las propuestas del presidente Javier Milei y del gobernador Axel Kicillof. El presidente no dudó en afirmar que prefiere al campo sobre la industria, amenazando con abrir completamente las importaciones y dejar que “se salve quien pueda”, mientras que el gobernador señaló que “no hay Nación sin industria” y acusó al presidente de trabajar todos los días en el “desmantelamiento de nuestro aparato industrial”.
Milei visitó la Unión Industrial Argentina (UIA) en medio de una de las peores crisis económicas, con fábricas cerradas y otras funcionando al 50%, pero nada de esto pareció preocuparle. Repitió sus habituales consignas: “Vinimos a achicar el Estado para agrandarles el bolsillo a ustedes”. Luego lanzó un feroz ataque a los empresarios que, como si padecieran el síndrome de Estocolmo, guardaron silencio.
“La consecuencia es que, para proteger a la industria, se le robó al campo, y esa protección solo generó un sector industrial adicto al Estado”, les espetó, en un gesto que no fue bien recibido. Y continuó: “Durante 100 años nos vendieron el cuento de que para tener una economía pujante había que pisotear a los sectores dinámicos y exportadores, especialmente al campo”. Según Milei, las asistencias estatales “perjudicaron a la economía”. Además, consideró que “el período de mayor expansión industrial fue con el modelo exportador, no con el de sustitución de importaciones. En algún momento, a mediados del siglo pasado, la política decidió que para que el país se desarrollara había que producir todo aquí, y empezó a arbitrar la relación entre los distintos sectores, robando a unos para darles a otros… La justicia social”.
Por su parte, el gobernador Kicillof participó en una Jornada en Defensa de la Industria, realizada en el municipio de Ituzaingó. “A lo largo de nuestra historia, solo hay unos pocos momentos dramáticos con números comparables a estos, como la pandemia o el 2001. La caída de la actividad industrial es de 16 puntos, la del consumo es de 23 y la de la construcción es de 32. La mitad de las máquinas de la provincia están apagadas, y nos vienen a hablar de inversión”, reflexionó.
Luego, agradeció especialmente la presencia del brasileño Rafael Lucchessi, titular del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de ese país, y comentó: “Justo cuando tenemos un presidente que se pelea con nuestros principales socios comerciales y aliados, pareciera que vive en un tupper”.
“Tenemos tarifas dolarizadas; ahora también van a dolarizar el transporte público. Lo llaman quita de subsidios, pero es una dolarización, y los subsidios no eran otra cosa que salario indirecto”, agregó. “El gobierno de Milei se propuso desmantelar la industria como objetivo estratégico. Nada de lo que está sucediendo está fuera de lo previsto”.
“Esto es una estafa electoral porque nadie votó un ajuste contra los laburantes ni contra los sectores medios. Y el elenco que nos gobierna es parte de la fuerza que salió tercera y ya fracasó con Macri”, dijo en referencia a los ministros Patricia Bullrich, Luis Caputo y Federico Sturzenegger.
En horas de la mañana, el ministro Augusto Costa presentó el llamado RIGI bonaerense, muy diferente al del gobierno nacional. Según Costa, la idea es promover inversiones que permitan crear empleo de calidad y generar más valor agregado; desarrollar proveedores locales y nuevos sectores productivos; facilitar la transferencia de tecnología y diversificar la matriz económica; impulsar las exportaciones y sustituir importaciones; y reducir desequilibrios territoriales. Las exenciones impositivas que se establecen en materia de ingresos brutos, impuesto inmobiliario y sellos mantienen un criterio de mayor beneficio para las inversiones de hasta 50 millones de dólares, decreciendo a medida que aumenta el monto total.