El presidente Javier Milei estuvo en el CCK en un acto de la extrema derecha internacional y se dedicó a insultar violentamente a la oposición y en forma especial a la ciudad. En su intervención sostuvo que científicos son “casta” y que se creen superiores y por eso hay que subsidiarnos en sus investigaciones. Parado en un atril, con los lentes puestos y el discurso que iba a leer en sus manos, el mandatario cantó “Hola a todos…”, al ritmo de Panic Show y comenzó con una cataratas de insultos, agravios y citas religiosas.
Durante la inauguración del III Encuentro Regional del Foro Madrid, Río de la Plata, organizado por Santiago Abascal, el líder del partido de ultraderecha español VOX, Milei defendió al menemismo y a continuación afirmó: “No sólo estoy poniendo a la Argentina al tope mundial, siendo uno de los dos políticos más conocidos del mundo junto a Donald Trump, sino que, además, estoy haciendo el mejor gobierno de la historia del país”.
El discurso de Milei se centró en las críticas a lo que él denomina “el partido del Estado”, un nuevo mote para lo también llama “la casta”. Según el Presidente, la población que él gobierna se divide en dos: “los pagadores de impuestos y los consumidores de impuestos”. La segunda categoría funciona para el mandatario como una especie de bolsa en la que mete a distintos sectores de la sociedad sin distinción y la vincula, como si aún estuviésemos en tiempos de la guerra fría con “el socialismo”. Allí también estarían para Milei los que forman parte del supuesto “partido del Estado”. “Entre los consumidores de impuestos se encuentran, obviamente, las ratas del poder que en vez de ver la política como vocación de servicio, ven una caja a la que parasitar de por vida y un medio para enquistar a su familia en el Estado, como si fuera un título nobiliario”, disparó.
Luego, añadió que “el partido del Estado no se agota en los políticos y en los contratistas”, y enumeró: “También son los empresarios prebendarios; los periodistas y los medios de comunicación –que hoy son un servicio de propaganda en venta al mejor postor–; los sindicalistas que entregan a los trabajadores a cambio de prebendas; los gerentes de la pobreza que administran asistencia social de los más vulnerables”.
Como si fuera poco, Milei sumó en ese listado a “los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores, y, por ende, todos debemos subsidiarles la vocación”. Cuando empezó a hablar de los científicos se puso rabioso y no podía parar de agraviarlos: “Si tan útiles creen que son sus investigaciones, los invito a salir al mercado, como cualquier hijo del vecino, y que investiguen, publiquen un libro y vean si la gente le interesa o no, en lugar de esconderse canallescamente detrás de la fuerza coactiva del Estado”, gritaba.
La lista, sin embargo, no terminó ahí. El Presidente siguió despotricando contra otros sectores sociales: “También podemos hablar de los artistas amigos del régimen”, remarcó. “Reciben cuantiosas sumas de dinero para ir a dar recitales para 30 personas y sacarse fotos con el Intendente y el Gobernador”. En ese momento citó a Juanse, el cantante de los Ratones Paranoicos. “No puede ser que vayas a dar un recital, a Caleta Olivia, con 50 personas y cobres como si estuvieras llenando el Madison Square Garden”, habría dicho.
Durante más de 40 minutos Milei hizo una oda al “capitalismo de libre empresa”, dijo que “durante 250 años, el capitalismo de libre mercado hizo milagros en el mundo generando una explosión de riqueza tan dramática, que sacó de la pobreza al 90% de la población”, y que la Argentina estuvo a la cabeza de ese modelo “durante los primeros 125 años”. El problema, según interpretó, fue que “en nombre de la justicia y la igualdad tuvimos un Estado omnipresente, controlador y opresivo que se arrogó el derecho de robarle a uno para darles a otros”, y que “en estos últimos 123 años se castigó a los creadores de riqueza con impuestos impagables y se los condenó públicamente como villanos”.
También hubo críticas a los legisladores a los que volvió a llamar “degenerados fiscales” y “ratas inmundas”. “Cuanto más voto tiene un proyecto en el Congreso, peor es para la sociedad”, dijo sin disimular su falta de republicanismo y disparó: “Los degenerados fiscales están dispuestos a quebrar al Estado y que 10 millones de argentinos más caigan en la pobreza y la miseria, con tal de sumar unos puntitos con discursos lindos en el recinto. Desde acá se les ven los colmillos”.
Con información de Página 12