Mañana se pondrá en marcha la cumbre de los países G20 en Río de Janeiro, oportunidad en la que se hará presente un Javier Milei recargado y eufórico con la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, y más todavía por lo que fue su presencia con elogios incluidos en el encuentro en Palm Beach, que lo terminaron envalentonando todavía más.
Con ese espíritu irá a la turística ciudad brasileña, donde tendrá como objetivo boicotear las propuestas centrales que pondrá sobre la mesa el presidente del vecino país, Luis Inácio “Lula” da Silva, como la lucha contra el cambio climático, la Agenda 2030 de desarrollo sustentable y el cobrarle impuestos a las grandes fortunas. A todas luces, en este último ejemplo, se trata de un nuevo gesto de servilismo hacia el megamillonario Elon Musk, que viene de perder una dura batalla con la justicia de Brasil, en torno a su red social X.
Según informó Globo, “Milei no sólo se resiste a mencionar en el texto final la tributación de los superricos, sino que también quiere retrotraer los términos utilizados en el texto firmado en octubre, en Washington, por los ministros de Finanzas y los presidentes de los Bancos Centrales”.
Gravar a las grandes fortunas es uno de los puntos fundamentales de la agenda brasileña, que encabeza la reunión de Río. El ministro de Finanzas de Brasil, Fernando Haddad, ya se expresó a favor, y Lula quiere avanzar en el tema, incluso como forma de mitigar el impacto del ajuste fiscal que está preparando para su país con la narrativa de que todos deben colaborar para tener estabilidad fiscal.
Según el medio brasileño, el gobierno argentino también amenaza con bloquear declaraciones sobre género y medio ambiente. Milei viene de retirar a la delegación del país de la COP29 en Azerbaiyán, lo que valió un reproche del vicepresidente brasileño Geraldo Alckmin.
Por el contrario, Lula ha defendido la inclusión de estas iniciativas, argumentando que son fundamentales para enfrentar desafíos globales: “Si no hay un consenso que integre estos temas, la declaración será incompleta”, afirmó el mandatario, destacando la importancia de abordar problemas globales como el cambio climático en las políticas económicas.
El texto que busca eliminar Milei dice: “Continuaremos trabajando juntos para lograr un sistema tributario internacional más justo, más inclusivo, estable y eficiente, adecuado para el siglo XXI, reafirmando nuestro compromiso con la transparencia tributaria y fomentando el diálogo global sobre una tributación efectiva, incluso para las personas con un patrimonio neto ultra alto, entre otras cuestiones”.
“Con pleno respeto por la soberanía fiscal, esperamos discutir áreas potenciales de cooperación para garantizar que las personas con un patrimonio neto ultra alto paguen impuestos de manera efectiva”, agrega.
La cumbre estará marcada por la tensión entre Milei y Lula, que no tendrán una reunión bilateral ni siquiera para firmar los términos de un memorándum que incluye acuerdos por Vaca Muerta.
Con Trump en Estados Unidos, Lula ve amenazado su liderazgo político en favor de Milei, que quiere ser el representante servicial del republicano en la región.
La diplomacia de Brasil, país que tuvo a su cargo la organización de esta cumbre, pretende que cada palabra de la declaración final tenga el máximo consenso. Pero sabe que hay obstáculos considerables para llegar a una postura única de las 19 naciones y los dos bloques regionales. Uno de las dificultades procede nada menos que de Argentina, donde su presidente pretende hacer valer sus reservas en los distintos asuntos abordados en la cumbre, como las cuestiones del tributo mundial sobre los ultra ricos, los desastres climáticos y de los derechos de las mujeres y de las minorías.