Con el paso de las horas, se confirmó que tanto Gustavo Petro, presidente de Colombia, como Emmanuel Macron, presidente de Francia, presionaron a Javier Milei para que cambiara su postura de “creérsela” en el G-20. “Le bajaron los humos”, contó una fuente del gobierno de Brasil. Tampoco se quedó atrás Xi Jinping, presidente de China, quien lo frenó en seco.
El presidente Javier Milei venía agrandado de su encuentro con Donald Trump y estaba convencido de que iría a la cumbre del G-20 a “tirar del mantel” frente a los principales líderes del mundo. Sin embargo, no fue así. En primer lugar, Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, lo recibió con una frialdad que quedó reflejada en las imágenes que circularon por todo el mundo. Dentro de la reunión del G-20, tampoco fue bien tratado, lo que lo dejó de tan mal humor que decidió no participar en la foto final con los demás mandatarios.
En la previa del G-20, el presidente Emmanuel Macron visitó Argentina y decidió ir a la Iglesia Santa Cruz para reclamar Memoria, Verdad y Justicia, dejando ofrendas florales en homenaje a las monjas Alice Domon y Leonie Duquet, secuestradas y desaparecidas por Alfredo Astiz. Más allá del gesto simbólico, el presidente francés le “informó” a Milei que, si no firmaba el texto del documento preparado por Lula, quedaría aislado de las grandes potencias y ninguna lo apoyaría en su negociación con el FMI. Milei tragó sapos y firmó el documento. Para disimular, en Buenos Aires se publicó un texto destinado a la interna señalando que habían firmado con disidencia y que se oponían a la “agenda woke”.
El momento más duro para Milei fue cuando el presidente Gustavo Petro lo confrontó directamente. La delegación argentina recibió la “orden” de esconder la intervención de Petro, pero el mandatario colombiano fue contundente al compartir los detalles. Petro explicó: “Trabajo conjunto. Este fue el tema con el que peleé verbalmente con Milei en la reunión de los más grandes y poderosos del G-20. Esto no aparece en ninguna parte de la comunicación televisiva mundial ni colombiana”. Y añadió: “Esa idea que pregonan como discurso disruptivo en la televisión argentina no es disruptiva; es un discurso anacrónico, de pensar que el progreso del ser humano parte de una competencia de individuos que, como átomos aislados, tratan de ponerle zancadilla al otro para progresar. Así ocurre entre las naciones, y entonces se matan entre ellas creyendo que ese es el progreso. La humanidad nunca ha podido permanecer en el planeta matándose a sí misma, sino ayudándose mutuamente”.
Más tarde, en una reunión bilateral con Xi Jinping, el presidente chino reiteró que Argentina debe cumplir con los compromisos pendientes, como las represas del sur, antes de discutir la renovación del “swap”. Finalmente, Giorgia Meloni, con toda la simpatía de la italiana, le “explicó” a Milei que debe apoyar el acuerdo Mercosur-Unión Europea y que no se le ocurra boicotearlo para quedar bien con Trump y enfrentarse a todos los gobiernos europeos.
En fin, todo salió mal para el presidente Milei, quien se creía el político más importante del mundo junto a Donald Trump. Ahora se entiende por qué no estuvo en la foto final con los demás mandatarios del G-20.
Pará, pará, pará… ¿Vos entendés que Petro acaba de contar que Milei tuvo un brote psicótico en plena cumbre del G20 y tuvieron que esconder todos los vídeos para evitar OTRO papelón mundial?
— M (@MConurbasic) November 21, 2024
NOS GOBIERNA UN PSIQUIÁTRICO RECONTRAREMIL ESTÚPIDO Y MAL MEDICADO pic.twitter.com/VbkGc50znO