Como en La Guerra del Cerdo, la genial novela de Adolfo Bioy Casares, el gobierno cruel del presidente Milei, no conforme con haberle quitado los medicamentos del PAMI a más de 1,7 millones de jubilados, amplía la condición de venta libre de una serie de medicamentos que hasta ahora requerían receta. La estrategia es clara: al convertirse en productos de libre comercio, los precios aumentan y las obras sociales no pueden recetarlos, tampoco el PAMI.
La resolución de la ANMAT indica que esta medida se tomó “luego de que las especialidades medicinales de ‘venta bajo receta’ han probado la ausencia de efectos adversos graves al menos durante los últimos cinco años, y por lo tanto podrán ser declarados de ‘venta libre’”.
En particular, la ANMAT dictó la medida para medicamentos que contienen acetilcisteína de hasta 400 mg como monodroga, destinada a descongestionar las vías respiratorias superiores. Según el organismo, estos medicamentos pertenecen al grupo de mucolíticos, cuyo mecanismo de acción consiste en disminuir la viscosidad de las secreciones mucosas y facilitar su eliminación.
Aunque la acetilcisteína de 400 mg aún no está disponible en el mercado (un detalle que algunos consideran un “blooper”), en la ANMAT afirman que “en el futuro podría haber” presentaciones con esa concentración. Por el momento, pasan a venta libre todas las formulaciones de 200 mg disponibles en el vademécum, mientras que la presentación de 600 mg seguirá requiriendo receta y descuento. Existe también una versión de 300 mg combinada con amoxicilina para fines terapéuticos específicos.
La medida se suma al decreto que permite exhibir medicamentos de venta libre en las góndolas de farmacias, facilitando su acceso sin intervención del farmacéutico. Los nuevos productos que ahora son de venta libre, conocidos por nombres comerciales como Qura Muk, Tempotane, Acemuk y Toflux, forman parte de esta lista.
La ANMAT informó que serían 19 presentaciones en total; sin embargo, fuentes del sector farmacéutico identificaron siete presentaciones de acetilcisteína de 200 mg en el vademécum actual: dos de laboratorio Casasco (sobres y jarabe), una de laboratorio Bernabó (jarabe), una de Lazar (jarabe), dos de Sigfried (tabletas efervescentes y jarabe) y una de Elea (sobres).
Aunque esta dosis es utilizada frecuentemente en pediatría, la disposición de la ANMAT especifica que está destinada a “adultos y mayores de 14 años” y recomienda excluir a menores de esa edad de las nuevas indicaciones.
Estos medicamentos, de precio medio, oscilan entre los 10.000 y 20.000 pesos sin descuento, añadiendo una carga significativa a las economías domésticas ya afectadas. Según la ANMAT, los medicamentos de venta libre están destinados a aliviar dolencias que no requieren necesariamente la intervención de un profesional médico y tienen un amplio margen de seguridad.
En mayo, la ANMAT ya había dispuesto la venta libre de medicamentos protectores gástricos, conocidos como “prazoles”, en un total de 133 presentaciones. Más adelante, en agosto, liberó medicamentos para el tratamiento del herpes, cremas antialérgicas, productos con corticoides, analgésicos, antifúngicos, laxantes y suplementos dietarios.
Jubilados y medicamentos gratuitos
El gobierno insiste en que los jubilados que deseen acceder a medicamentos gratuitos deben cumplir con una serie de requisitos complejos:
- No percibir ingresos superiores a $389.398,14.
- No estar afiliados simultáneamente a un sistema de medicina prepaga y al PAMI.
- No ser propietarios de más de un inmueble.
- No poseer aeronaves o embarcaciones de lujo.
- No tener vehículos con menos de 10 años de antigüedad, salvo en hogares con convivientes con Certificado Único de Discapacidad (CUD), que pueden poseer un vehículo con esta antigüedad.
- No ser titulares de activos societarios que indiquen capacidad económica plena.