El presidente Javier Milei, en su regreso de Italia, no dejó dudas sobre su vicepresidencia Victoria Villarruel y afirmó: “En nuestro gobierno somos implacables. El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado. Voy a tomar una frase de aquí: ‘Roma no paga traidores’”, aseveró.
Más allá de su encuentro con la titular del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, el presidente viajó no para reunirse con empresarios y atraer inversiones al país, sino para participar en otro mitin de la ultraderecha mundial, como lo fue el Festival Juvenil Fratelli d’Italia Atreju.
Milei comenzó su discurso afirmando que es economista y no político, reafirmando su desprecio por los políticos. Luego, en su decálogo de verdades, dijo las mismas ideas de siempre, pero hay que reconocer que todavía le han dado resultados. Luego afirmó: “Me importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas. En nuestro país, la política tradicional no nos trajo más que ruina e instauró un modelo en el que los políticos, sus amigos y sus clientes ganan a costa de que el resto de los argentinos pierda. Por eso, consideramos que escuchar a los políticos en cualquier materia es darle la espalda al ciudadano de bien. Cuando estamos ante un tema particular, solemos preguntarnos lo siguiente: ¿lo pide la política o lo pide la sociedad? Si lo pide únicamente la política, a priori, se presta a sospecha. Y, en general, cuando se desconfía, se suele acertar.”
Luego afirmó que “nunca hay que negociar las ideas para atraer un voto”. Claro, los jóvenes italianos no saben cómo se compraron los votos de los gobernadores o quizás sería bueno que el senador Kueider, hoy expulsado, cuente como de un momento a otro cambio su voto y permitió que hubiera Ley Bases. Que explique los seis viajes al Paraguay con su mochila lleva de dólares.
Luego, Milei se centró en lo que definió como su “batalla cultural”, cuestionando a la izquierda y defendiendo a la derecha: “La izquierda es el culto al poder por el poder mismo; prefieren reinar en el infierno que servir en el cielo. Y, si tienen que transformar el cielo en el infierno para mantenerse en el poder, lo harán. No tienen pruritos ni escrúpulos.” Un discurso extremadamente agresivo.
Para dejar clara su postura, agregó: “No buscamos diálogos que nos lleven a ninguna parte, ni consensos que solo beneficien a ellos. La mejor defensa es siempre un buen ataque. Y, si recibimos un golpe, debemos responder con tres.”
Finalmente, mientras Milei fortalece su discurso de confrontación, el peronismo sigue atrapado en luchas internas y un enfoque demasiado anclado en el pasado. La falta de propuestas innovadoras y el apego a lo tradicional contrastan con el cambio tecnológico y digital del mundo actual. Es necesario mirar hacia el futuro y ofrecer soluciones concretas y realistas para recuperar la confianza de la mayoría de los argentinos, quienes, día a día, sufren las decisiones de una derecha egoísta y despiadada, que solo actúa en beneficio de los sectores más poderosos y privilegiados.