La Policía de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires protagonizó un verdadero escándalo, cuando intentó obligar a dos diplomáticos rusos a hacerse un test de alcoholemia mientras conducían sendos autos con chapa diplomática y no habían cometido ninguna irregularidad.
Los funcionarios rusos tienen la instrucción, tanto en la Argentina como en el resto del mundo, de no someterse a ningún test ni examen médico, por lo cual se mantuvieron dentro de los vehículos, negándose a lo que exigían los policías de tránsito.
Según fuentes rusas, la Cancillería argentina intervino adecuadamente y le señaló a los jefes porteños que no se podía obligar a los diplomáticos, menos aún detenerlos y tampoco se podían secuestrar los autos. Por lo tanto, se hizo lo que correspondía: escoltar a los diplomáticos y los vehículos hasta la embajada. Allí se labró un acta por negativa a hacerse el test y, por los trascendidos, ambas partes están en la postura de no escalar el conflicto. La Cancillería y hasta el Ministerio de Seguridad le bajaron el tono al caso.
Los dos diplomáticos, Sergei Baldin y Salomatin Cardmth, fueron detenidos en el mismo control de Recoleta, cerca de la embajada. Desde la delegación diplomática explicaron que en Rusia no es feriado el 24 y el 25 porque se practica el culto cristiano ortodoxo que se guía por el calendario juliano, no por el gregoriano, por lo cual consideran que el nacimiento de Jesús fue el 7 de enero, y la Nochebuena se festeja el 6 de enero. “Por eso, el 24 y el 25 son laborables y no hubo fiesta alguna –afirmaron–. Ambos estaban en funciones”.
Por lo pronto, la Embajada rusa consideró “una grave violación al derecho internacional” el accionar de las autoridades argentinas contra los dos diplomáticos que se negaron a someterse al control de tránsito. El Primer secretario de la Embajada de Rusia en el país habló con la prensa en medio del escándalo y sostuvo no se sometieron al control porque estaban dentro de un auto diplomático.
En la embajada rusa ratificaron que todos los diplomáticos tienen que cumplir con el reglamento que les impone negarse a cualquier test o examen médico de un país receptor y, por ello, el primer secretario, identificado como Alexander, salió a la vereda a señalar que el procedimiento de la Policía de la Ciudad violaba la Convención de Viena de 1961.
El artículo 41 de ese tratado señala que “sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor”. Es un señalamiento respecto de la conducta de quien está en misión en otro país. Pero al mismo tiempo, la misma Convención afirma que los diplomáticos tienen inmunidad total, o sea no se los puede detener ni impedir la circulación de los vehículos con chapa diplomática.
El artículo 31 dice: “El diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado Receptor. Gozará tambien de inmunidad de su jurisdicción civil y administrativa”. En estos puntos entran los temas de tránsito. Lo que correspondía era no frenar el auto con chapa diplomática ni hacerle el control, porque no estaban cometiendo ninguna infracción. O, la otra variante, es frenar el auto y registrar la negativa del conductor a hacerse el test, escoltando al diplomático hasta la embajada. Ahí se labraba un acta. Lo que no está permitido es tener a un diplomático retenido durante dos horas dentro de un vehículo con chapa diplomática, que es lo que hicieron los policías.
Una evidencia del blooper de ayer es que el Ministerio de Seguridad y la Cancillería bajaron rápidamente el tono y se limitaron a decir que el departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal “se hará cargo de las actuaciones y de cumplir con la Convención de Viena y las leyes que rigen las relaciones diplomáticas. Los miembros de la embajada fueron escoltados y las actuaciones seguirán por canales federales”.
Entre las figuras que alzaron la voz, la diputada por La Libertad Avanza y presidenta del Grupo de Amistad Parlamentario, Marcela Pagano, se enfocó en defensa de las normativas internacionales. A través de un hilo publicado en sus redes sociales, Pagano subrayó la importancia de respetar los tratados suscriptos por el país.
La diputada también señaló su preocupación por la actuación de los agentes porteños: “Me resulta preocupante que los controles de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires violen obligaciones internacionales del Estado Nacional Argentino. De la misma manera que exigimos a las demás naciones que respeten nuestras misiones diplomáticas, bienes y transportes en el exterior, debemos respetar a las misiones acreditadas en nuestro país”.
En consecuencia, Pagano anunció que presentará una denuncia penal contra los agentes involucrados, con el objetivo de deslindar responsabilidades y evitar futuros conflictos geopolíticos: “Presentaré una denuncia penal a los fines de que se investigue la conducta de los agentes de tránsito a los fines de deslindar las responsabilidades del área”.