En un nuevo golpe al sistema previsional, el gobierno nacional confirmó que a partir del 23 de marzo caducará la ley que habilita la moratoria previsional para quienes no alcanzan los 30 años de aportes. Esto significa que solo una de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres podrán acceder a la jubilación. La ley 27.705, aprobada durante la gestión de Alberto Fernández, llegará a su fin sin perspectivas de renovación, dejando a miles de personas mayores en situación de vulnerabilidad.
Según datos oficiales de la ANSES, en los últimos meses de 2024 se sumaron 216.621 nuevos jubilados, de los cuales el 74 % (160.163 personas) accedieron al beneficio a través de la moratoria, mientras que solo el 26 % (56.458 personas) cumplían con los años de aportes requeridos. A junio de 2024, la ANSES pagaba 5,62 millones de jubilaciones, de las cuales 3,78 millones fueron obtenidas mediante moratorias y 1,84 millones a través de los mecanismos tradicionales.
El gobierno ha decidido avanzar con un ajuste que afecta directamente a los adultos mayores. Durante 2024, el recorte previsional fue del 30 %, equivalente a 33 billones de pesos, reduciendo el tamaño del Estado en un 40 % en comparación con 2015. Otros ajustes significativos incluyeron la reducción de programas de emergencia social en 3,5 billones de pesos y recortes similares en la obra pública.
Sin embargo, el problema del sistema previsional trasciende a las políticas actuales. La destrucción financiera de la Seguridad Social es consecuencia, en gran parte, de la elevada proporción de trabajo no registrado, que alcanza al 50 % de los trabajadores en actividad. Esto implica que la Seguridad Social solo recibe la mitad de los aportes que debería: el 11 % del salario del trabajador y entre el 18 % y 20 % de la masa salarial por parte de las empresas.
Con la finalización de la moratoria, el gobierno ofrece dos opciones para quienes no cumplen con los años de aportes:
- Seguir trabajando hasta completar los 360 meses de aportes requeridos.
- Acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80 % de la jubilación mínima. Sin embargo, la PUAM presenta varias limitaciones:
Solo se otorga a partir de los 65 años, extendiendo de hecho la edad jubilatoria para las mujeres. La misma no da derecho a pensión por viudez, no reconoce los años de aportes jubilatorios realizados previamente y está destinada exclusivamente a personas en situación de vulnerabilidad.
Estas alternativas no solo son insuficientes, sino que también generan una profundización de las inequidades en el sistema previsional.
La situación actual recuerda al lúgubre panorama descrito por Adolfo Bioy Casares en su obra La guerra del cerdo. De continuar este rumbo, miles de personas mayores quedarán desprotegidas, enfrentando una vejez marcada por la precariedad y la falta de recursos básicos.