El pedido de renuncia e intervención a la provincia de Buenos Aires que lanzó Javier Milei, provocó lo imposible hasta el momento: la unidad de todo el peronismo detrás de la figura de Axel Kicillof. Además de su gabinete, lo respaldaron Cristina y Máximo Kirchner, La Cámpora y el Frente Renovador. En otras palabras, “gracias” al presidente, la interna en la principal fuerza opositora al menos se paralizó por ahora.
Como se sabe, acosado por el escándalo de la cripto estafa, y desesperado por cerrar el tema, Milei utilizó el brutal crimen de una nena de 7 años en La Plata para cargar contra la gestión de Kicillof. Desde sus redes sociales, el presidente sostuvo que la provincia es un “baño de sangre” y acusó al gobernador de no poder resolver el problema de la inseguridad. Fue cuando temerariamente lanzó un pedido explícito de renuncia: “Dado que la Provincia es un baño de sangre, y nuestra visión sobre cómo afrontar el problema es tan distinta y usted claramente no puede resolverlo, si le interesa el bienestar de los bonaerenses, córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia”.
Horas después, referentes del Frente Renovador, La Cámpora, intendentes, legisladores y gremialistas se dieron cita en Casa de Gobierno bonaerense para enviar un mensaje de unidad, en el marco de la conferencia de prensa del mandatario.
Previo a la reunión, los bloques legislativos de Unión por la Patria en la provincia emitieron un comunicado en el que rechazaron la embestida de Milei: “Los bloques legislativos de Unión por la Patria de la provincia de Buenos Aires expresamos nuestro profundo rechazo a los dichos en redes sociales del presidente Javier Milei en relación a su pedido de renuncia al gobernador Axel Kicillof y la intervención federal de la Provincia”.
La movida de Milei no solo generó una respuesta dentro de Buenos Aires, sino que también activó el respaldo de los gobernadores peronistas. Desde el norte y el sur del país, varios mandatarios provinciales salieron a defender a Kicillof y a rechazar lo que calificaron como una violación del federalismo.
El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, expresó: “No existe democracia ni República si no hay un respeto irrestricto a la voluntad popular y a la autonomía de las provincias. La legitimidad de un presidente es la misma que la de un gobernador: nacen del voto soberano del pueblo”.
Por su parte, el riojano Ricardo Quintela alertó sobre el carácter antidemocrático del ataque de Milei: “Exigir la renuncia de un gobernador electo por el voto popular es un ataque directo a la democracia. No vamos a permitir este atropello por parte del gobierno nacional”.
En la misma línea, Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Sergio Ziliotto (La Pampa) remarcaron la gravedad de la situación, y apuntaron que la avanzada de Milei no solo ataca a Buenos Aires, sino al sistema de autonomías provinciales en su conjunto.
De esta manera, con el respaldo político consolidado, el gobernador decidió llevar el enfrentamiento a la Justicia: ordenó al asesor legal de gobierno y al fiscal de Estado, que presenten una denuncia penal para que se investigue si el pedido de intervención constituye un delito contra el orden constitucional y los poderes públicos de la provincia.
En ese contexto, el abroquelamiento del peronismo en torno al gobernador bonaerense ofrece un mensaje de resistencia que rompe con la inercia triunfal que imposta el Gobierno. En esa línea, el llamado de Kicillof a unirse para defender a la democracia busca alentar la constitución de una barrera que le ponga límites a la pulsión autoritaria que manifiesta Milei día tras día, tal como quedó en evidencia con el decreto que designó a dos ministros en la Corte Suprema de Justicia.
Así, la convocatoria del gobernador, y el respaldo de sectores diversos del campo popular -incluidas algunas figuras de la UCR- sin lugar a dudas está marcando el camino para intentar romper con tanto internismo, y terminar con la complicidad cómoda de opositores más que amigables que resultaron claves para el sueño autocrático que acuna Milei.