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13 junio, 2025
PAÍS

Para ganar, el peronismo bonaerense necesita coraje y una nueva propuesta que enamore

Por Alfredo Silletta

Luego del triunfo de La Libertad Avanza en CABA, el presidente Javier Milei fue claro y contundente al afirmar que habrá una alianza entre la LLA y el PRO en la provincia de Buenos Aires, y anticipó: “Vamos a dar otro batacazo”. Mientras tanto, el peronismo bonaerense parece —como en el tango de Cátulo Castillo— “desorientado, y no sabés qué ‘trole’ hay que tomar para seguir”.

¿Qué está ofreciendo hoy el peronismo? Nada. Digámoslo con dolor, pero con claridad: nada. ¿Vamos a seguir hablando del peronismo de los años cuarenta? ¿De la década kirchnerista? Con ese discurso perdemos. Nadie se vuelve a enamorar de una novia de hace décadas. Uno se enamora del futuro. Y hoy, el peronismo no ofrece un horizonte claro. Para colmo, hay una fuerte pelea interna entre los sectores que responden al gobernador Axel Kicillof y los que siguen a la expresidenta Cristina Kirchner.

Venimos perdiendo en todas las elecciones del año. El domingo tampoco nos fue bien en CABA. Podemos repetir que es una ciudad “gorila”, sí, pero eso no alcanza. La realidad es que no crecemos. Estamos estancados o perdemos por amplio margen, como ocurrió en Jujuy y Salta. Pasó el domingo, y ahora escuchamos chicanas: que Cristina le advirtió a Kicillof que no desdoble, que las elecciones se nacionalizarán, que deberían ser recurrentes. Desde el kicillofismo responden que, aunque el oficialismo perdió en CABA, en las cuatro elecciones provinciales ganaron los oficialismos.

Volver a Perón, pero mirando al futuro

Para hablar de presente y futuro, es necesario entender de dónde venimos. De ahí la importancia de volver a Perón, no como nostalgia, sino para recuperar el sentido de proyecto y acción. El peronismo debe volver a jugar fuerte, con agallas, sin dudar, y ofrecer soluciones concretas ante un gobierno cruel y mentiroso.

Vale recordar algunos ejemplos: Perón consagró el Estatuto del Peón, sacando a cientos de miles de trabajadores rurales de la semiesclavitud; instauró el aguinaldo y las vacaciones pagas, y otorgó derechos laborales frente a la patronal. Esas medidas, revolucionarias para su época, lo llevaron a ganar la primera elección. Gobernó una década hasta ser derrocado por un golpe militar, y el peronismo fue proscripto durante 17 años.

Más cerca en el tiempo, Cristina Kirchner estatizó las AFJP, creó la Asignación Universal por Hijo, permitió que miles de personas se jubilaran pese a no contar con los aportes necesarios, y nacionalizó YPF.

Un riesgo innecesario

Por estas horas se especula que Cristina será candidata por la Tercera Sección y Sergio Massa por la Primera. Algunos dirigentes ya murmuran: “Que Kicillof la mire de afuera”. Sería un error grave. Si el gobernador, respaldado por más de 40 intendentes, queda excluido del armado provincial, el peronismo corre un riesgo real de fractura… y de derrota ante la derecha de Milei.

Cristina —como principal líder del peronismo— y Axel —el dirigente con más proyección hacia 2027— deben reunirse a solas y alcanzar la unidad, aunque duela. En ese acuerdo, Kicillof debería liderar la estrategia electoral provincial y Cristina la nacional.

El desafío: volver a enamorar

Para empezar a construir un camino de victoria, el peronismo debe ofrecer algo distinto, concreto y firme. Si algo hay que reconocerle a Milei es que fue disruptivo. Propuso medidas simples, efectistas y tajantes: eliminar la inflación, dolarizar la economía, acabar con la “casta política”. Con eso —y con el hartazgo de la sociedad— le alcanzó para ganar.

Hoy sabemos que no cumplió nada: no dolarizó, se alió con lo peor de la casta, y bajó la inflación al costo brutal de recortar jubilaciones, provocar despidos, destruir salarios y dinamitar la industria nacional.

Entonces, ¿qué debe hacer el peronismo del presente y del futuro para volver a enamorar?

Primero, ser disruptivo también como lo fue Perón en 1945 o Cristina y Néstor en 2009. Ofrecer cuatro o cinco propuestas contundentes, que calen hondo en el pueblo. Y anunciar, desde el primer día de gobierno, medidas concretas. Por ejemplo:

  1. Duplicar las jubilaciones y restablecer los medicamentos gratuitos, por decreto, desde el primer día.
  2. Aumento general de salarios por decreto y reapertura de paritarias libres.
  3. Recuperar la obra pública y sancionar con firmeza la corrupción empresarial y la especulación financiera.
  4. Políticas reales contra la inseguridad, basadas en prevención, justicia y derechos.
  5. Renegociación seria de la deuda con el FMI, poniendo a la patria por encima del ajuste.

 

 

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