Los colegas que recorren los pasillos de la Casa Rosada afirman que los libertarios caminan como zombis, sin atinar una respuesta lúcida hacia la sociedad y cruzándose dardos internos a través de mensajes encriptados. Uno de ellos provendría de una cuenta no oficial que pertenecería a Martín Menem (@PraetorLeon), donde ataca abiertamente a Santiago Caputo como responsable de la filtración de los audios de Diego Spagnuolo. Allí se lee: “El problema lo tiene el infante que se hizo la cirugía estética. Ése es el traidor. El acomplejado. El bulineado de chico que ligó de grande y se marea”. Durísimo.
Paralelamente, el presidente Javier Milei, quien ayer en un acto en Junín cometió un acto fallido al criticar a la oposición y reconocer que “están molestos porque les estamos afanando los choreos”, reapareció tras una semana de silencio.
Hoy hizo por primera vez referencia al escándalo en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que salpica a su hermana Karina y a Lule Menem por el presunto cobro de coimas a la droguería Suizo Argentina.
Milei retuiteó un comunicado de la empresa investigada. En el texto, la firma asegura: “Desde hace más de 100 años Suizo Argentina desarrolla sus actividades de forma íntegra, transparente, con responsabilidad social empresaria y de conformidad con un estricto Código de Ética implementado para reforzar los valores fundacionales que dieron origen a la firma y en concordancia con nuestra histórica visión de compromiso con el país”.
Luego, la compañía agrega: “En todo momento y, en particular frente a las circunstancias que son de público conocimiento” —en referencia a las acusaciones de corrupción surgidas de los audios atribuidos al extitular de ANDIS, Diego Spagnuolo—, “las autoridades de la compañía se encuentran a disposición para esclarecer los hechos”.
Por ahora, el gobierno expuso a Lule y Martín Menem para intentar proteger a Karina Milei. Algunos funcionarios consideran que la hermana del presidente “debe soltar” a Lule, su hombre de confianza, y más adelante a Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados. Sin embargo, desde la oficina de Karina Milei decidieron sostener todo lo que puedan a los Menem, mientras esperan con ansiedad qué revelan los teléfonos que ya están en manos de la Justicia.
La jugada de Milei de salir a bancar a una empresa sospechada, en vez de dar explicaciones, exhibe el desconcierto y la crisis interna en el corazón del poder libertario. Las traiciones cruzadas, los audios comprometedores y los silencios calculados muestran que el escándalo recién empieza. Y lo más grave: el presidente parece más preocupado por cuidar a su hermana que por esclarecer lo que pasa en su propio gobierno.
