Mientras el presidente sigue grogui por el mayor escándalo de corrupción de su gobierno y analiza entregar a Lule y Martín Menem para proteger a su hermana Karina —para muchos, la verdadera jefa de la banda—, la imagen de Milei se derrumba. La Justicia ya comenzó a abrir los celulares de los implicados y el establishment económico, junto a los medios amigos, decidió no tapar la situación, dejando que el mandatario sufra el escarmiento.
Una reciente encuesta de Management & Fit —consultora muy cercana al círculo rojo y alejada del kirchnerismo— revela que el 94,5% de los consultados está al tanto del escándalo que salpica a los hermanos Milei. Ocho de cada diez personas creen que el presidente debe dar explicaciones sobre el caso de corrupción a partir de los audios de Diego Spagnuolo que comprometen a Karina.
El 81% de los encuestados considera que el jefe de Estado debe rendir cuentas sobre las expresiones del ahora ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), y un 61,3% señala que debería hacerlo de manera urgente.
El informe también destaca el altísimo nivel de conocimiento ciudadano sobre el Karinagate: el 94,5% dijo estar al tanto del presunto esquema de sobornos dentro del gobierno de La Libertad Avanza, y una amplia mayoría (73,2%) considera que se trata de un hecho grave, percepción que aumenta entre mujeres y sectores con nivel educativo alto.
Respecto a la veracidad de los audios, el 59,2% cree que son ciertos y que las denuncias de corrupción son reales, mientras apenas un 11,8% las atribuye a una jugada electoral o a una interna política.
En cuanto a responsabilidades, el 26,8% apunta a toda la gestión nacional, un 24,5% a Karina Milei —principal operadora política del gobierno libertario— y también aparecen señalados los primos Lule y Martín Menem. La percepción de involucramiento, por lo tanto, se concentra en el núcleo más cercano al presidente.
Sobre la filtración de los audios, la hipótesis más extendida en la opinión pública es que detrás estuvo el peronismo/kirchnerismo (31,7%), seguido por el macrismo (15,7%) y sectores internos del oficialismo. En este último punto, un 10,6% cree que las conversaciones salieron a la luz por obra del asesor Santiago Caputo (en constante tensión con Karina Milei) y otro 10,6% las atribuye a la vicepresidenta Victoria Villarruel, enfrentada hace tiempo al presidente.
Más de la mitad de los encuestados (56,1%) afirma que el caso redujo su confianza en el gobierno de Milei, frente a un 42,8% que sostiene que su visión no se modificó. La desconfianza es mayor entre las mujeres, según el sondeo.
Pese a la magnitud del escándalo, el estudio revela que el 82,6% no cambiaría su voto en las próximas elecciones legislativas. La estabilidad electoral se da principalmente entre varones y menores de 40 años. Entre quienes sí podrían modificarlo (16,2%), la proporción es mayor entre mujeres.
Otro informe que golpea al gobierno
La Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella también difundió su informe mensual, que confirma el deterioro del oficialismo. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de agosto de 2025 se ubicó en 2,12 puntos, lo que implica una caída del 13,6% respecto al mes anterior y del 16,5% en comparación con el mismo mes del año pasado.
La baja afectó a todos los componentes del índice: la “Honestidad de los funcionarios” cayó a 2,54 puntos (-9,9%), la “Capacidad para resolver los problemas del país” a 2,46 puntos (-14,6%), la “Eficiencia en la administración del gasto público” a 2,10 puntos (-13,2%), la “Evaluación general del gobierno” a 1,78 puntos (-12,8%) y la “Preocupación por el interés general” a 1,73 puntos (-18,2%).
La UTDT subraya que tanto el nivel actual del ICG como la magnitud de la caída mensual tienen antecedentes durante el actual gobierno: en septiembre del año pasado los valores fueron de 2,16 puntos (levemente por encima del actual) y una caída de -14,8% (algo mayor a la de este mes).
La encuesta fue realizada en las dos primeras semanas de agosto, por lo cual no llegó a registrar una posible variación de percepción vinculada al reciente estallido del escándalo por los audios de Spagnuolo que revelan un presunto circuito de coimas en el seno del poder político. Tampoco incluye el impacto de la derrota del oficialismo en la Cámara de Diputados, donde la oposición logró revertir el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad.
El Karinagate ya no es solo un escándalo mediático: las encuestas muestran que la sociedad lo percibe como real y lo ubica en el corazón del poder libertario. Con audios, celulares en manos de la Justicia y una caída sostenida en la confianza, Milei enfrenta el mayor desafío político de su mandato. La pregunta que sobrevuela es si elegirá proteger a su hermana o salvar lo que queda de su credibilidad.