Mientras el presidente Javier Milei observa cómo el dólar sigue escalando, incluso con la ayuda del Tesoro norteamericano, crece el escándalo del caso $LIBRA. En medio del desconcierto, desde la Casa Rosada decidieron suspender todos los actos en el conurbano bonaerense, un territorio cada vez más hostil para el mandatario por el cierre de fábricas, su desprecio hacia la educación y la salud pública, y los salarios congelados.
Solo le quedan algunos destinos del interior, aunque tampoco lo reciben con demasiada simpatía.
Los organizadores de La Libertad Avanza resolvieron que Milei no participe del tramo final de la campaña en la provincia de Buenos Aires. Se suspendieron los actos previstos en Ezeiza y Pergamino, y por ahora será Diego Santilli quien intente mantener presencia en territorio bonaerense. Su tarea será convencer a los votantes de apoyar “al colorado en vez del pelado”, dado que en la Boleta Única de Papel seguirá figurando José Luis Espert, vinculado al narcotraficante Fred Machado.
Ayer, el presidente viajó a Córdoba, donde volvió a repetir la escena habitual: cientos de policías, calles cortadas y una caminata mínima entre banderas violetas. Con megáfono en mano, arengó a sus seguidores desde la calle San Lorenzo hasta el Paseo del Buen Pastor: “Todavía falta mucho, pero yo nunca dije que iba a ser fácil. No se pueden quebrar de la noche a la mañana cien años de populismo”.
A pocas cuadras de allí, docentes, universitarios, familiares de personas con discapacidad, trabajadores de la salud y distintos sectores sociales protestaban contra la política de hambre del presidente.
El próximo jueves, Milei tiene previsto cerrar la campaña en Rosario, antes del inicio de la veda electoral. El acto será en el Parque España y está programado para las 19 horas.
El león, que soñó rugir en el conurbano, ahora se esconde entre los alambrados del interior. El miedo no es una estrategia, pero parece ser el único plan que le queda.