El gobernador bonaerense Axel Kicillof calificó como “un error” la decisión del presidente Javier Milei de no convocarlo a la reunión de gobernadores, y aseguró que el objetivo del Gobierno nacional es únicamente “construir la foto que le pidió (Donald) Trump” para garantizarle respaldo político y financiero tras su victoria electoral.
Durante una entrevista en Radio 10, Kicillof señaló que, si lo hubiesen convocado, hubiera asistido “por una cuestión institucional”, pero enfatizó que “ni siquiera lo llamaron”: “No me llamaron ni para decirme ‘no te invitamos’”, ironizó el mandatario.
El gobernador sostuvo que siempre está dispuesto a “intercambiar ideas de manera seria y respetuosa” para encontrar soluciones a la crisis económica que atraviesa el país, y recordó que Buenos Aires representa casi la mitad de la Argentina:
“Aporta el 40 % de la recaudación nacional y tiene el 50 % de la industria”, puntualizó.
Por eso, insistió, “comete un error el Presidente al excluir a algunos gobernadores”, ya que esas decisiones no contribuyen a la unidad institucional ni a la reconstrucción económica.
“Le tiene pánico”
El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, fue aún más directo: “Milei no invitó a Kicillof porque le tiene pánico”, disparó en una entrevista con TN.
Bianco explicó que el temor del Presidente se debe a los reclamos que Kicillof podría realizarle en persona, sobre todo por los fondos adeudados a la provincia: “Cuando se siente frente a Axel, tiene que explicar por qué les robó 12 mil millones de pesos a los bonaerenses”, afirmó.
Esa cifra forma parte del reclamo que el Gobierno provincial mantiene con la Nación y que ya fue elevado a la Corte Suprema de Justicia.
“Es una pena que no lo hayan convocado —agregó Bianco—, porque el gobernador viene reclamando hace tiempo una reunión con el Presidente para exponer los problemas que sufren los bonaerenses a causa de las políticas económicas del Gobierno nacional.”
En La Plata aseguran que la exclusión fue deliberada: Milei no quiere exponerse a un cara a cara con el gobernador que lo enfrenta en las urnas, le disputa agenda política y, además, encarna el principal desafío territorial al proyecto libertario.