El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, canceló indefinidamente su viaje a Argentina previsto para esta semana. La decisión genera incertidumbre sobre la relación económica y política entre Washington y Buenos Aires, justo en un momento en que ambas administraciones buscaban reforzar su vínculo tras una serie de acuerdos financieros.
La suspensión de la visita de Bessent, ocurre pocos días después de que Javier Milei anunciara que tampoco viajaría a Estados Unidos para asistir al sorteo del Mundial de Fútbol 2026 en Washington —un evento al que había sido invitado como parte de sus acercamientos con Trump.
Ese doble impasse —la ausencia de Milei en Washington y la cancelación del viaje de Bessent a Buenos Aires— pone en tensión lo que hasta hace poco se presentaba como una relación estrecha entre ambos gobiernos. Para muchos, evidencia las grietas crecientes en una relación que parecía reconfigurar alianzas estratégicas en el hemisferio.
Según declaraciones del propio Bessent, el swap no es “un rescate”, sino un mecanismo de “estabilización”, compatible con su visión de evitar “otro Estado fallido en América Latina”.
Pero la abrupta cancelación de su visita deja en el aire cómo y cuándo se concretarán esos planes, en un país con vencimientos de deuda cercanos a los 5.000 millones de dólares para enero de 2026.
Por otra parte, durante 2025 las importaciones argentinas desde China crecieron con fuerza, lo que habría despertado recelos en Washington, especialmente bajo la lógica de su doctrina exterior “America First”. Esto pone en evidencia un dilema: mientras Buenos Aires busca apoyo financiero urgente, Washington evalúa sus propios intereses geopolíticos. En ese marco, la cancelación de la visita podría anticipar un repliegue de Estados Unidos respecto de sus promesas hacia Argentina.
Para el Gobierno de Milei, la suspensión representa un duro revés. En un contexto de fragilidad económica, reservas en tensión y vencimientos de deuda próximos, la expectativa de apoyo financiero externo era crucial. La cancelación de Bessent podría exacerbar la incertidumbre en los mercados y complicar la estrategia de estabilización cambiaria.
El alejamiento de Bessent y Milei —aunque no definitivo, por ahora— deja entrever que la relación entre Estados Unidos y Argentina dependerá cada vez más de intereses geopolíticos, comerciales y estratégicos, más que de simpatías ideológicas o coincidencias partidarias. En un escenario de crisis estructural y vulnerabilidad externa, ese tipo de señales dibujan un panorama complejo para un país que esperaba en Washington una tabla de salvación.
