
Luego de un año intenso —marcado por la creación de su propio espacio político, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), las crecientes diferencias con Cristina Fernández de Kirchner y la decisión de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales— el gobernador Axel Kicillof comenzará hoy a transitar el largo camino hacia una eventual candidatura presidencial en 2027.
Con un triunfo contundente en septiembre, por 14 puntos sobre la alianza de La Libertad Avanza y el PRO, y un empate técnico en las elecciones nacionales de octubre, Kicillof realizará un balance de fin de año en el que dejará en claro su objetivo: recorrer las provincias y construir una alternativa al proyecto libertario, con eje en la creación de empleo, el desarrollo industrial, la defensa del salario, y el fortalecimiento de la salud y la educación públicas.
El encuentro será a las 16.30 en el camping del Sindicato de Obras Sanitarias, en Ensenada, el distrito que gobierna Mario Secco, uno de los intendentes más cercanos al gobernador. Allí confluirán ministros, legisladores, jefes comunales y dirigentes gremiales de la CGT y las CTA, alineados con el MDF.
Desde la Gobernación explicaron que la reunión servirá para repasar la actividad política del año, realizar un balance electoral y empezar a delinear el rumbo para 2026, que ya tuvo su primer gesto con el reciente viaje a Formosa, además del armado nacional y la elaboración de un programa electoral con vistas a 2027.
Un año atravesado por tensiones
Más allá del tono moderado que suele mostrar el gobernador, en las filas del MDF persiste un fuerte malestar con los sectores del cristinismo y el massismo, especialmente por las disputas en torno a la Ley de Endeudamiento, los cargos y la inminente renovación de autoridades del PJ bonaerense.
Kicillof lanzó el MDF el 23 de febrero como una respuesta al “experimento de ajuste y crueldad” del gobierno de Javier Milei. La jugada generó rechazo en La Cámpora, que la interpretó como un factor de división interna. Para el gobernador, en cambio, fue el movimiento que le permitió ganar peso propio en la mesa política de Unión por la Patria.
La irrupción del MDF atravesó todo el calendario electoral. Cuando se lanzó, ni siquiera estaba definido si habría PASO o si se desdoblarían las elecciones, una decisión que Kicillof tomó finalmente en contra de la postura de Cristina Kirchner y de Sergio Massa. Cada discusión estuvo signada por la tensión y la desconfianza, especialmente el cierre de listas de Fuerza Patria, que terminó en una unidad forzada tanto en septiembre como en octubre.
Ese clima se trasladó a la Legislatura bonaerense en el último mes del año. Kicillof necesitaba la sanción del Presupuesto 2026, la Ley Impositiva y, sobre todo, la Ley de Financiamiento, clave para afrontar vencimientos de deuda y girar fondos a los municipios por hasta 3.685 millones de dólares. El acuerdo llegó tras concesiones políticas: más cargos en organismos como el Banco Provincia y la cesión de la conducción de Diputados al cristinismo y al massismo.
La próxima batalla será la renovación de autoridades del PJ bonaerense. Máximo Kirchner y los consejeros partidarios acordaron que las elecciones se realizarán el 15 de marzo, tras intensas negociaciones. El MDF logró sumar apoderados y equilibrar fuerzas en la Junta Electoral, aunque nadie descarta que el camino hacia la unidad vuelva a empantanarse.
El cierre de listas será el 8 de febrero y las incógnitas se multiplican: ¿habrá lista única o internas abiertas? ¿Kirchner buscará retener la conducción? ¿Magario competirá con el respaldo de Kicillof? ¿Emergerán otros nombres?
Mientras el Gobierno nacional profundiza su programa de ajuste, Kicillof empieza a jugar en otra cancha: la de la reconstrucción política del peronismo y la disputa por el liderazgo del futuro. El desafío es enorme y el tiempo apremia. Ordenar la interna o quedar atrapados en ella puede marcar la diferencia entre ser alternativa de poder o repetir viejos fracasos. El 2027 empezó hoy.
