
Después de haber celebrado en el Senado la aprobación de un Presupuesto de ajuste brutal, que recorta fondos para la educación pública, la ciencia, la tecnología, elimina la obra pública y asfixia a las provincias, Javier Milei vuelve a hacer las valijas. El Presidente confirmó que viajará a Suiza en enero para participar del Foro Económico Mundial de Davos, que se realizará entre el 19 y el 23 de enero, un clásico del poder global y los grandes capitales.
Mientras Milei se muestra cómodo entre empresarios, financistas y líderes del establishment internacional, el peronismo atraviesa uno de sus momentos más desorientados. En el Congreso, quedó expuesto durante la discusión del Presupuesto, incapaz de frenar el ajuste. En el territorio, las internas se multiplican: cruces estériles en Quilmes entre Juan Grabois y Mayra Mendoza, disputas abiertas entre La Cámpora y el Movimiento Evita en Lanús, y gobernadores más preocupados por su “quintita” que por defender un proyecto nacional.
Kicillof, a contramano del clima político
En ese panorama de repliegue y confusión, Axel Kicillof decidió jugar otra carta. El gobernador bonaerense optó por redoblar la presencia en el territorio y sostener un discurso frontal contra el modelo libertario. Para Kicillof, hay otro proyecto de país posible: con más derechos, con educación y salud públicas fuertes, con industria y trabajo, con fábricas que abren y no cierran.
Como cada verano, el gobernador iniciará en 2026 una intensa agenda de recorridas por los principales centros turísticos de la provincia, combinando conferencias, reuniones con sectores productivos y encuentros con trabajadores del turismo, en una temporada golpeada por la crisis y por un consumo que no termina de despegar, mientras miles de argentinos optan por vacacionar en Brasil.
Desde la Gobernación adelantaron que el recorrido comenzará en Villa Gesell y continuará por Chascomús, San Pedro, Necochea, Lobos y distritos del sur bonaerense, con Carmen de Patagones entre las opciones. El esquema será similar al de años anteriores: contacto directo con empresarios PyME, comerciantes, sindicatos y trabajadores del sector turístico.
Para Kicillof, en un momento en que el peronismo aparece paralizado, el mano a mano con los sectores productivos y con los casi nueve millones de turistas que eligen vacacionar en la provincia es clave. “Las familias bonaerenses y quienes viven del turismo saben que cuentan con el gobierno provincial, mientras las políticas de Milei incentivan viajar a Brasil o Punta del Este”, repiten cerca del gobernador.
Interna, CGT y armado nacional
Además del territorio, Kicillof sigue de cerca la interna del PJ bonaerense. Apoyará a la vicegobernadora Verónica Magario y al intendente platense Julio Alak para la conducción partidaria, en un escenario donde Máximo Kirchner y La Cámpora también jugarán sus cartas. Las listas deberán presentarse el 8 de febrero y, aunque se busca una síntesis, nadie descarta una interna abierta.
En paralelo, el gobernador comenzó a tejer el armado nacional. Ya viajó a Formosa, invitado por Gildo Insfrán, y apunta a sumar respaldos de mandatarios de La Rioja, Santiago del Estero, La Pampa y Tierra del Fuego. Esta semana, además, se reunió con la cúpula de la CGT para respaldar la lucha sindical contra la reforma laboral impulsada por Milei, que los gremios consideran un ataque directo a los derechos de los trabajadores.
Mientras Milei suma millas aéreas, discursos para millonarios y selfies en Davos, Kicillof camina el territorio y escucha a los argentinos que pagan el costo del ajuste. Dos estilos, dos agendas y dos países en disputa: uno que gobierna desde los foros del poder global y otro que apuesta al contacto directo con los que sufren las políticas crueles del libertario. La pelea ya no es solo económica: es política, social y de sentido.
