Mientras gran parte del país atraviesa temperaturas extremas que rozan los 40 grados, el Gobierno volvió a ajustar donde más duele: las tarifas de luz y gas. A contramano del discurso oficial sobre la desaceleración inflacionaria, el Ejecutivo confirmó nuevos aumentos mensuales y profundizó el desmantelamiento del esquema de subsidios, en un combo que golpea de lleno el bolsillo de millones de familias.
La decisión fue oficializada este jueves en el Boletín Oficial, donde la Secretaría de Energía publicó una batería de resoluciones que redefinen el esquema tarifario para los próximos meses. El ajuste llega en un contexto de alimentos por las nubes, salarios congelados y jubilaciones licuadas, aunque el INDEC libertario insista en mostrar números que no se reflejan en la vida cotidiana.
Gas: el primer aumento de una cadena de subas
La Resolución 605/2025 estableció un incremento en el Precio de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) del gas natural. El impacto inicial será del 0,53% en las facturas residenciales, pero ese número es apenas el comienzo.
En las próximas horas, los entes reguladores deberán definir los nuevos cuadros tarifarios para los segmentos de transporte y distribución, lo que terminará de consolidar el aumento final que llegará a los usuarios. Es decir: el golpe completo todavía no se siente.
En paralelo, la Resolución 606/2025 introdujo cambios en el Plan Gas A, garantizando compensaciones estatales a los productores por los volúmenes entregados, un esquema que prioriza la rentabilidad empresaria mientras el costo se traslada a los hogares.
Electricidad: indexación permanente y subas aseguradas
En el sector eléctrico, el Gobierno fijó las variables para el primer trimestre de 2026. Según la Resolución 602/2025, a partir del 1° de diciembre de 2025 se estableció un nuevo precio spot de $14.381 por MWh en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
A su vez, la Resolución 604/2025 reglamentó los precios de referencia para el período comprendido entre el 1° de enero y el 1° de abril de 2026. El objetivo declarado por el Ministerio de Economía es evitar el “atraso tarifario”, lo que en los hechos implica una indexación automática de las tarifas, para que suban al ritmo del resto de los precios de la economía.
Subsidios: todos pagan como ricos
El punto más sensible del nuevo esquema es el avance decidido hacia el fin de las categorías diferenciadas. El Gobierno dispuso que las bonificaciones para los usuarios residenciales de Nivel 2 (ingresos bajos) y Nivel 3 (ingresos medios) converjan progresivamente con las tarifas que pagan los usuarios de Nivel 1 (ingresos altos).
Bajo el concepto de “convergencia tarifaria”, se elimina la brecha de precios entre sectores sociales. Aunque se mantengan descuentos porcentuales, la base de cálculo será la misma para todos, lo que significa que los sectores de menores recursos pagarán tarifas cada vez más cercanas a las más altas.
El Gobierno ajusta tarifas con la heladera vacía y el aire o el ventilador prendido a 40 grados. Mientras congela salarios y jubilaciones y celebra índices que no existen en la calle, licúa subsidios y traslada el costo del modelo a los hogares. El tarifazo ya no es una amenaza: es una política permanente, y como siempre, la cuenta la pagan los mismos.
