“El martes no te vamos a aprobar el tarifazo. La solución tiene que ser política, no jurídica”. El escueto mensaje le llegó el pasado viernes desde la Corte Suprema de Justicia al presidente Mauricio Macri y se prendieron todas las alarmas.
De allí, que el presidente ordenó a su jefe de Gabinete, Marcos Peña y a su ministro de Energía, Juan José Aranguren, que el lunes por la tarde quería una solución.
Los miembros de la Corte saben que votar el tarifazo es una locura. Es ponerse a toda la sociedad en contra, de allí que le devolvieron la pelota al Ejecutivo. Hasta hace una semana, desde la Corte había dicho que podría tener una solución, pero el fallo impecable de la Cámara Federal de La Plata anulando los decretos sobre los aumentos de gas es muy difícil de voltear. En este fallo cumplió un rol destacada el camarista Leopoldo Schiffrin, que ya se había opuesto a otros aumentos.
Con relación a la suspensión de las tarifas eléctricas, fue muy importante el amparo presentado por el diputado provincial del PJ, Walter Abarca, junto a la diputada Evangelina Ramírez y al apoderado legal del PJ, Jorge Landau.
Los jueces no quieren quedar avalando al gobierno de Macri y enfrentados a las protestas que ya se dan en la mayoría de las ciudades del país, al ir apareciendo boletas con precios exorbitantes que ningún ciudadano puedo abonar.
Por estas horas, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, le envió una carta al presidente solicitándole que suspenda y revierta el aumento en las tarifas de servicios públicos, Massa alertó que ese tarifazo ya empezó a causar “daños importantes a las familias argentinas, a las pequeñas y medianas empresas y a las grandes industrias”.
Para Massa, el conflicto en torno a las tarifas se trata de una cuestión “política que requiere una solución política” y propuso “evitar la judicialización” para que los usuarios tengan garantizado el servicio sin afectar de manera desmedida sus ingresos.