El gobierno de Mauricio Macri “va por todo” dicen con una sonrisa cómplice desde los estamentos del poder económico del país. En el reciente reportaje que le hizo el diario La Nación, a través del periodista militante Joaquín Morales Solá, el presidente cuestiona la Justicia laboral. “Necesitamos una justicia laboral más equitativa, no tan volcada a encontrarle siempre la razón a una parte”. Claro y preciso. Después Macri aprovecha y cuestiona a los “jueces kirchernistas” de Justicia Legitima porque obstruyen la política cuando frenan el aumento de las tarifas.
Volviendo a la Justicia laboral, merece recordarse que fue Juan Domingo Perón el que la instituyó en el país. Desde que ocupo el cargo de Secretario de Trabajo y Previsión empezó a trabajar en lo que sería la Justicia laboral. Ya en 1944 se crearon los tribunales para la Capital Federal a través del decreto 32.347 y cuando fue presidente los creo para todo el país.
En este ataque a los trabajadores, el diario La Nación publico una editorial planteó modificar el esquema de indemnizaciones por despido para que sea co-financiado entre empresas y trabajadores. Flexibilizar las relaciones laborales, facilitando las desvinculaciones minimizando sus costos. Establecer menores cargas fiscales y nuevas formas de contratación más baratas. Limitar la intervención del Ministerio de Trabajo en las negociaciones salariales y establecer paritarias por empresas. Lamentable.
El diputado Héctor Recalde, un gran abogado laboralista, expresó que “quieren regresar a 1903, antes de la sanción de la ley de descanso dominical y la primera ley de riesgos del trabajo, hoy fustigada por el presidente Macri”.
Macri y los empresarios quieren terminar con la Justicia laboral “porque defiende a los trabajadores y no al patrón”. Para terminar, es interesante recordar lo que afirmaba Perón a principios de 1946:
“Hemos organizado la justicia del trabajador. Es indispensable que el trabajador tenga el fuero que lo defienda de la injusticia de los demás.Queremos que los obreros tengan justicia gratis. Es natural que siendo gratis no represente negocio para nadie. Hoy el obrero se ve garantizado y favorecido por que no tienen que pagar, como antes, la mitad del despido o indemnización por honorarios a quien lo defendía (…). [Es necesario que] el obrero que no posee medios, esté en las mismas condiciones de defender sus derechos que aquéllos que los poseen. Ya lo ha dicho el Martín Fierro, que “la ley es como la telaraña, los bichos chicos quedan, y los grandes, la rompen y pasan.”