“Echemos a De Vido, después a Máximo y cuando asuma Cristina también”

Por Alfredo Silletta. La derecha en el poder no es un juego de niños. Durante décadas gobernaron el continente latinoamericano con el poder del imperio –primero inglés y luego norteamericano- y las bayonetas locales. Cuando aparecieron gobiernos populares en América Latina fueron destruidos: Getulio Vargas en Brasil, Paz Estensoro en Bolivia, Lázaro Cárdenas en México, Jorge Gaitán en Colombia y Juan Domingo Perón en Argentina, por nombrar algunos de los movimientos nacionales que surgieron a mediados del siglo pasado y fueron luego destruidos. Como ejemplo, el peronismo fue proscripto durante 18 años y sus dirigentes encarcelados o fusilados.

Luego de los brutales y genocidas gobiernos militares de los años 70 en el continente, el “mundo civilizado” se “horrorizó” por los miles de desaparecidos y asesinados en Argentina, Chile, Uruguay, Perú y Brasil, por nombrar algunos países. Fue allí que llegó la orden para que los militares se fueran a sus casas y se implementaran gobiernos democráticos. Llegó el nuevo siglo y aparecieron nuevamente gobiernos nacionales y populares como el de Néstor y Cristina Kirchner, Lula da Silva y Dilma Rousseff, Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez que decidieron ponerle un freno al imperio y a las derechas locales.

Hoy ese sueño latinoamericano parece en el olvido. La derecha avanza en todo el continente y está decidida a burlar la democracia para apoderarse para siempre de los países. La campaña feroz en Venezuela contra el gobierno de Nicolás Maduro, la destitución ilegal de Dilma y ahora el pedido de prisión contra Lula da Silva para que no pueda volver a ser presidente de Brasil. Mentiras sobre un supuesto hijo de Evo Morales lo llevaron a perder un plebiscito para que no pueda volver a ser candidato y en la Argentina desde hace un año y medio hay una feroz persecución contra Cristina Kirchner para llevarla a la cárcel.

En el gobierno estaban convencidos de que Cristina no sería candidata y que el kirchenismo/peronismo no volvería nunca más al poder. Pero a un año y medio parece que no es así. Hoy la ex presidenta está primera en todas las encuestas, por mérito propio y además porque, como decía Perón desde el exilio en Paraguay en 1955 cuando lo consultaron sobre qué haría para volver al poder, respondió: “Nada en absoluto, todo lo harán mis enemigos”. El gobierno durante un año y medio se encargó de frenar las paritarias, devaluar el peso, aumentar brutalmente las tarifas de luz y gas, desató una inflación sin control, abrió las importaciones que llevaron al cierre de pequeñas empresas con miles de desocupados o suspendidos, por nombrar algunas de las medidas anti populares.

Por estas horas están decididos a meter presa a Cristina antes de las PASO peso saben que sería un escándalo nacional e internacional donde Mauricio Macri quedaría expuesto como un presidente que no respeta la Constitución Nacional. En el gobierno consideran que es un plan arriesgado, de allí que trabajan en un segundo plan que ya está en marcha.  La avanzada la lleva Elisa Carrió: tratarán de expulsar de la Cámara de Diputados por “inhabilidad moral” a Julio De Vido. Para ello cuentan con el apoyo de Sergio Massa y Margarita Stolbizer, quienes ya avisaron que después del ex ministro de Planificación irán por Máximo Kirchner.  Por ahora no se sabe qué hará el bloque de Diego Bossio.

El radical Ricardo Alfonsín, haciendo honor a su apellido, rechazó la avanzada de Cambiemos: “Nuestro partido no es un regimiento ni un cuartel”, dijo y subrayó que “el fin no justifica los medios ni podemos convertirnos en caníbales”.

Hay que recordar que el artículo 66 de la Constitución Nacional dice que “Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero bastará la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que voluntariamente hicieren de sus cargos”. En definitiva, las denuncias contra De Vido son por hechos anteriores a su incorporación a la Cámara, de allí que no tiene sustento jurídico el argumento de Cambiemos.

El cuchicheo en los pasillos del Congreso no es Julio De Vido o Máximo Kirchner. “Si ganamos esta apuesta, cuando asuma Cristina Kirchner como senadora la vamos a expulsar por “inhabilidad moral”, así el juez Claudio Bonadío la mete presa de por vida”, dicen desde el oficialismo.

A la derecha no le interesa ni la Constitución Nacional ni la democracia, le interesa el poder para hacer sus propios negocios. Fue así desde el principio de la historia en nuestro continente. Decía el gran escritor y pensador Jorge Abelardo Ramos que “somos un país porque no pudimos ser una Nación y somos argentinos porque fracasamos en ser latinoamericanos”. Hoy la tarea está en reconstruir la Patria Grande a través del voto, como dijo días atrás la ex presidenta en Mar del Plata: “Les pido que se voten a ustedes mismos, en defensa de ustedes mismos, ese voto debe ser claro. El voto es el ejercicio más útil que tiene la democracia para expresar la voz de las grandes mayorías nacionales”.