La decisión esta tomada. En los primeros días de agosto se lanzará una Mesa de Intendentes como línea interna del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires para discutirle el control de la lapicera a su presidente, Fernando Espinoza. En los planes no está romper, además de reconocer el poder territorial de La Matanza en una contienda electoral, sino discutir mano a mano con el PJ.
Los intendentes del Gran Buenos Aires, más allá que en total hay 54 jefes comunales en la provincia, son los que evaluaron armar una Mesa que les permita discutir directamente con las autoridades del PJ bonaerense, con el gobierno de María Eugenia Vidal y con los llamados referentes que quieren estar en las listas del próximo año: Florencio Randazzo, Daniel Scioli, Julián Domínguez o la misma Cristina.
A partir de la reunión de Ituzaingó, los intendentes decidieron poner un paraguas a las candidaturas del próximo año y avanzar en otros temas como la inseguridad. La Mesa la están motorizando los llamados intendentes dialoguistas, donde están los que tienen más de un mandato y los recién llegados como Martín Insaurralde, Gabriel Katopodis, Leonardo Nardini, Juan Zabaleta, Mariano Cascallares, Fernando Gray, Ariel Sujarchuk o Gustavo Menéndez, sin olvidarnos de jefes comunales del Interior como Juan Pablo de Jesús o Eduardo “Bali” Bucca.
No hay que descartar el rol que jugarán intendentes históricos como Julio Pereyra o Alberto Descalzo o los llamados jefes comunales más cercanos a la ex presidenta como Jorge Ferraresi, Patricio Mussi, Mario Secco, Walter Festa o Francisco “Paco” Durañora. Sin dejar de lado el poder político y territorial que comanda Verónica Magario y Fernando Espinoza, hoy a cargo del PJ bonaerense.
Las últimas encuestas demuestran que si el peronismo bonaerense se mantiene unido ganaría las elecciones del próximo año. Mantendría los votos de octubre del año anterior que superaron los 37 puntos.
Los intendentes y el peronismo saben que la unidad se dará en la calle a partir de las críticas de la sociedad a los aumentos brutales de tarifas en luz, gas y agua más el transporte y los alimentos que no ceden en su carrera alcista.
Por ahora Florencio Randazzo ha dicho que no jugará hasta el año que viene; Daniel Scioli ya anunció que si no hay unidad el no participará el próximo año y Cristina Kirchner, más allá que mide muy bien, no tiene intenciones de volver a la arena política.
Los intendentes tampoco descartan el rol que cumplirá a partir del 22 de agosto la unificación de la CGT. Sus dirigentes han dejado trascender que si la política económica de Macri no cambia habrá plan de lucha con un posible paro general.
“Mas allá de las diferencias lógicas que tenemos los intendentes sobre el próximo año la realidad que es que ningún compañero nos divide más que las políticas antipopulares de Macri”, le dice un intendente a este portal.