Cualquier psicoanalista dirá que la desesperación puede definirse como pérdida total de la esperanza, o como perdida de la paciencia o de la tranquilidad de ánimo, causada por no lograr los objetivos que se había planteado. Es lo que se percibe por estas horas en el gobierno de Cambiemos. De allí que el presidente Mauricio Macri decidió que el fin de semana todo Cambiemos se reúna en San Juan y levante el ánimo luego del rechazo de la sociedad a la mayoría de las medidas económicas.
El encuentro se produce en medio de una coyuntura difícil para el Gobierno por el tema tarifas, empleo e inflación, y sumado a eso las diferencias internas en el gabinete, especialmente el económico que no encuentra el rumbo.
Menos el presidente estarán todos: la vicepresidenta Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; ministros Rogelio Frigerio y Jorge Triaca (Trabajo); el titular del PAMI, Carlos Regazzoni, y obvio el gurú estrella del PRO: Jaime Duran Barba, quien se encargará de ponerles pilas a los funcionarios.
Previo al encuentro, en las últimas horas se reunieron Peña, Vidal y Rodríguez Larreta. Se sabe que no hay buena sintonía entre el jefe de Gabinete y la gobernadora, ya que ambos confían es ser el sucesor de Macri en 2019. Más allá de eso, la diferencia es que Peña no quiere saber nada con ninguna pata del peronismo para el próximo año y Vidal defiende sumar intendentes como es el caso de Joaquín de la Torre. “Necesitamos algo de peronismo para ganar el próximo año” dice Mariu pero Peña se opone y le recuerda que “ganamos sin ellos”. También el jefe de Gabinete le recrimina que Vidal no puso la cara en defensa del tarifazo y las demás medidas económicas, preocupándose solo de no bajar en las encuestas. Larreta, como siempre trato de disipar los roces y concentrarse en el encuentro de San Juan.
Hay nervios y con razón en la dirigencia de Cambiemos. En ocho meses, crece la desocupación, no encuentra la solución al tarifazo, retrocede la actividad económica, no llegan las inversiones extranjeras y pese a la ayuda de los multimedios amigos y el partido Judicial, Cristina sigue activa y no está en la cárcel y el peronismo, más allá de sus internas, sino tratando de encontrar la unidad y no se partió en mil pedazos como pronosticaban.
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