El presidente Mauricio Macri brindó su primer discurso como jefe de Estado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que instó al Reino Unido a llegar a una “solución amigable” por la soberanía de las Islas Malvinas, mientras que realizó un nuevo llamado a los inversores para que confíen en la Argentina. Además, habló sobre el narcotráfico, el cambio climático y apoyó la postulación de la canciller Susana Malcorra como secretaria general de la ONU, entre otros temas de la agenda internacional.
En una exposición que no duró más de 15 minutos, Macri reiteró su “llamado al diálogo” con el Reino Unido para “solucionar amigablemente la disputa de soberanía que tenemos hace dos siglos” por las Islas Malvinas y dijo que su gobierno “ha dado muestras de interés en avanzar en la relación bilateral que puede y debe ser mutuamente beneficiosa”.
Asimismo, afirmó que Argentina “eligió el camino de confiar unos en otros, dialogar y hablar con la verdad” y “ya se están empezando a ver los resultados” del cambio, con la “normalización de la macroeconomía y una relación madura con el resto de los países y los organismos multilaterales”.
“Trabajamos sobre los problemas del pasado para minar el futuro. Nos estamos vinculando con el resto de los países y los organismos internacionales. Volvimos a los mercados internacionales de crédito y muchas empresas confían en el país”, afirmó el Presidente.
Macri destacó: “Miramos los objetivos de desarrollo sostenible y estamos orgullosos de que nuestros objetivos de gobierno estén alineados con los de la comunidad internacional. Nos planteamos tres objetivos: pobreza cero (…) un país como el nuestro, productor de alimentos, no puede permitirse que haya hambre. (…) el segundo es la lucha contra narcotráfico (…) la tercera meta es unir a los argentinos a través del diálogo, el respeto a la ley y a la democracia”.
Al hablar sobre su preocupación por el terrorismo internacional, pidió “mayor colaboración internacional para el esclarecimiento y castigo a los culpables” de los atentados terroristas que sufrió la Argentina contra la embajada de Israel en Buenos Aires, en 1992, y contra la AMIA, en 1994.
Además, anunció que Argentina ampliará la recepción de refugiados por el conflicto bélico en Siria, privilegiando a “familias con niños”.