El gobierno de la provincia de Buenos Aires fue, durante varios meses, por La Matanza y la intendenta Verónica Magario. La gobernadora no le atiende el teléfono, la vetaron para la presidencia de la Federación Argentina de Municipios (FAM) e intentaron dividir en cuatro su municipio. No pudieron y hoy es una de las figuras destacadas entre los intendentes bonaerenses y vanguardia en su denuncia contra las políticas de Mauricio Macri. Hasta el Papa Francisco envió un video con un claro respaldo a los matanceros.
Hoy aparece una nueva víctima del gobierno de Cambiemos: el intendente Patricio Mussi, que no niega su relación con las figuras de Néstor y Cristina y mantiene un municipio ordenado y prolijo, además de mantener una alta imagen.
En las últimas horas, la diputada nacional Elisa Carrió de la Coalición Cívica, parte de Cambiemos, presentó un “amicus curiae”, es decir se ofreció voluntariamente para dar su opinión ante el Juzgado Federal de Quilmes, a cargo de Luis Armella, el “Bonadío bonaerense”, hombre de confianza de Jesús Cariglino, sobre la causa judicial que investiga el brote de gastroenterocolitis.
El juez hace un par de meses estuvo a cargo del insólito allanamiento a la municipalidad de Berazategui por una causa avalada por pruebas inconclusas y rumores que terminaron siendo un montaje televisivo y un ataque institucional por parte de gendarmería a los empleados municipales.
Paralelamente, la diputada hizo referencia a la necesidad de intervenir el sistema de suministro del agua por parte del Organismo Regulador Bonaerense de Aguas y Saneamiento (ORBAS). Carrió le pidió a la gobernadora que intervenga en el caso del agua porque “la misma está contaminada con la presencia de escherichia coli, lo cual puede provocar infecciones urinarias, diarreas, gastroenteritis, meningitis y/o síndrome urémico hemolítico”.
Ahora bien, el subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad de Berazategui, Lic. Oscar Deina, afirmó: “Hablar de envenenamiento, lo que ha salido en los medios, es muy irresponsable desde el punto de vista técnico. Realizar esa afirmación sin ningún tipo de fundamento o prueba que lo acredite, pretende generar en la población un pánico innecesario. Y dicha conducta podría encuadrarse en la figura prevista por el Art. 211 del Código Penal”.
Seguidamente, el responsable del área resaltó que “detrás de esta denuncia se escondería una desestabilización y posiblemente un interés económico por parte de alguna empresa privada. Berazategui, a diferencia de la mayoría de los municipios del Conurbano, tiene un servicio de agua potable absolutamente estatal”.
“El agua de Berazategui es extraída de pozos del acuífero Puelche que son mensualmente controlados bromatológicamente. Tenemos un laboratorio que hace un control riguroso de las condiciones microbiológicas y fisicoquímicas, pero además OCABA (Organismo de Control del Agua de Buenos Aires), que es la autoridad provincial, toma muestras regularmente. Vamos a los pozos, nos asesora y trabajamos en conjunto con ellos”, aseguró Deina.
La idea de Carrió y la dirigencia de Cambiemos es de querer intervenir la regularización del agua para permitir una privatización tal como se había discutido por parte de los vecinos del distrito gobernado por Mussi. El intendente ya fue claro hace unos días al afirmar que ‘’el veneno que les molesta del agua se encuentra en la factura que abonan los vecinos’’ interpelando al descontento por parte de la provincia en el monto que el vecino paga por el consumo de agua con diferencias de un 800 por ciento en relación al costo del agua en otros distritos. En los últimos días aparecieron pintadas y pasacalles donde los vecinos y militantes del peronismo afirman que “vienen por el agua”.
Ayer fue la intendenta Verónica Magario, hoy es Patricio Mussi y, como en un juego de domino, irán por todos los intendentes peronistas. Harán lo que sea necesario para debilitar el peronismo y ganar las elecciones de medio término.