El subsecretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina, el sacerdote Pedro Brassesco, destacó este sábado que “más allá del diálogo” social que alienta la Iglesia la situación “requiere una respuesta inmediata” del Gobierno con “políticas activas” que alivien la situación de la gente de menores recursos.
Brassesco manifestó que “más allá del diálogo que es bienvenido” la Iglesia pide “que no falten políticas que vayan directamente a paliar esta situación de urgencia, una situación que requiere una respuesta inmediata”.
El sacerdote marcó que mientras tanto “el Gobierno en esto pide paciencia, que se comprenda que hace recién 10 meses que están en el poder”.
Por radio Cooperativa, Brassesco indicó que la Iglesia ve “la realidad concreta de las parroquias” donde dijo que es “mucha gente la que viene a pedir alimento” y eso muestra que “es porque realmente hay una realidad básica subyacente” que “se viene notando desde hace ya unos años, pero vemos como que este incremento se ha dado en los últimos tiempos”.
El religioso manifestó que la situación “se pueda ir revirtiendo, de acuerdo a lo que el Gobierno dice, que sus políticas tendrán que producir este efecto social que se está pidiendo pero, hasta que eso no se vea, la realidad es esa”.
Sobre la mesa de diálogo auspiciada por la Iglesia, Brassesco contó que el Gobierno se muestra dispuesto “a dialogar” pero confió en que “desde sectores sindicales lo que han expresado es que a veces es casi un diálogo de sordos”.
Por eso, el sacerdote resaltó que “un diálogo tiene que implicar también avanzar en concreto en políticas específicas y a veces lo que hay es un escucharse pero no avanzar en consensos”.
En tanto, Brassesco ratificó que “la Iglesia siempre va a apuntar a la opción preferencial por los pobres, que toda política económica esté orientada a los que menos tienen”.
Preguntado sobre si está en riesgo la continuidad del diálogo entre el Gobierno y el gremialismo, el sacerdote apuntó que “lo que hemos visto en los últimos días ha sido una puja de tratar de exponer públicamente sus pretensiones, sus intereses, tal vez para condicionar a la otra parte, condicionar al mismo diálogo”.
Ante eso, advirtió que “no hace bien que se vaya ejerciendo presión desde afuera, desde la opinión pública, desde hacer declaraciones públicas, sino que lo que se necesita es sentarse las veces que sean necesarias para escucharse y ponerse de acuerdo”.
Finalmente, acerca de la relación del papa Francisco con el Episcopado argentino, Brassesco afirmó que “los obispos quedaron muy contentos” tras la reunión formal con el santo padre que tuvieron el 17 de octubre en el palacio apostólico después de la canonización en Roma del cura Brochero.
Al respecto, el sacerdote indicó que los prelados argentinos “me comentaron que lo vieron al Papa muy cordial, muy afable, preocupado por poder conversar diversas situaciones de la iglesia argentina y demás”.