A un año de presidente de los argentinos, Mauricio Macri tendrá su propio auto blindado como si fuera Barak Obama y un nuevo avión que costará unos 55 millones de dólares. No los pagará él, sino el Estado nacional, el mismo Estado que no puede pagarle a los docentes, sacar el impuesto a las Ganancias, aumentar los sueldos o la Asignación Universal por hijo.
El presidente Macri pidió un auto blindado como los que usan los presidentes norteamericanos. Por estas horas se ultiman detalles de la nueva camioneta blindada Mercedes Benz modelo Vito que es acondicionada desde hace más de seis meses y que la Casa Rosada espera tener en las próximas semanas.
De esta manera, Macri será el primer presidente argentino que contará con un vehículo oficial con un blindaje no convencional. El vehículo contara con cláusulas de confidencialidad en los niveles de protección de la camioneta, que se identifican con las siglas RB, los que serían muy elevados.
La excusa para tamaño gasto es que “recibe denuncias” en las redes sociales. Por ahora, desde el gobierno no quieren decir cuando costará el chiche nuevo del presidente.
Paralelamente, el presidente ya encargó un nuevo avión presidencial que costará 55 millones de dólares. La aeronave presidencial sería un Boeing Business Jet (BBJ), una adaptación para convertir en jet privados los aviones comerciales del fabricante estadounidense.
Otra de las particularidades que se requiere para el futuro Tango es que pueda aterrizar en todos los aeropuertos más importantes del país.
Como la mayoría de los aviones que se usan para que viajen los mandatarios, deberá tener una dependencia privada. Entonces se apuntó dos datos que confort: que tenga un dormitorio privado y un baño con ducha. Finalmente, la última previsión: se dispuso que sea usado ya que nuevo no sólo que implica más dinero, sino que la espera es entre un año y medio y dos.
Según el mismo gobierno, el país está en una situación difícil donde hay que aumentar las tarifas, mantener el impuesto a las ganancias, despidos, bajar sueldos, conflicto con los científicos, pero hay que darle los gustos al presidente, aunque sean extremadamente caros.