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25 noviembre, 2024
PAÍS

El 28% de los bonaerenses reconocen que pasaron hambre en el primer año de Macri

Los resultados surgen a partir del relevamiento conocido como Monitor de Clima Social, que se publicará cada dos meses con datos de la Ciudad y el conurbano. Los encuestados manifestaron haber pasado hambre por falta de dinero y temor a perder el trabajo.

Según el informe denominado 1° Monitor de Clima Social (MCS), siete de cada diez habitantes de la ciudad de Buenos Aires y los tres cordones del conurbano bonaerense se encuentran en situación de inseguridad económica, lo que quiere decir que esa cantidad de personas piensa que pueden perder su trabajo o no les alcanza el ingreso familiar o les alcanza apenas.

La investigación, realizada por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), un centro interuniversitario creado a partir del acuerdo entre la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo, la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham, mide la situación social y específicamente la percepción de niveles de inseguridad social en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La muestra fue realizada sobre un total de 1935 casos.

El MCS está compuesto por siete indicadores de inseguridades (económica, alimenticia, laboral, sanitaria, habitacional, educativa  y en transporte), allí, 0 es totalmente inseguro y 100 totalmente seguro.

El trabajo fue publicado hoy por el diario Página 12 y evidenció que el 27% de los encuestados están en situación de inseguridad alimentaria. Dentro de ese grupo, el 38% manifestó haber reducido las porciones de alimentos en los últimos 12 meses por falta de dinero, un porcentaje que llega al 45% en la provincia de Buenos Aires.

También se preguntó a los entrevistados si alguna persona pasó hambre en el hogar por falta de dinero para comprar comida, el 28% de los bonaerenses respondió de manera afirmativa. Los que están en situación de inseguridad alimentaria son el 27 por ciento del total. “Los resultados preocupantes se ven cuando se miran los valores uno por uno, es decir desagregados”, señala Barroetaveña.

Como se ve, hay una proporción que no percibe un cuadro preocupante con su alimentación, pero es alto el porcentaje de las respuestas que tienen que ver con una situación alimentaria grave, que bordea el hambre. Que una de cada cuatro personas esté afrontando ésta última situación, es muy significativo.

El dato adicional es que el cuadro no tiende a mejorar sino que empeora.

El 72% puede ubicarse en una zona de inseguridad económica. En este caso, el 45% de las personas consultadas manifestó que el ingreso no alcanza en sus hogares, cifra que llega al 55% en el conurbano, y el 52% afirma que la situación doméstica empeoró en los últimos 12 meses. Por otra parte, y luego de las olas de despido vividas en 2016, el 43% manifestó que es probable que pierda su trabajo en los próximos meses.

Del MCS permite vislumbrar que las desigualdades se profundizan cuando se comparan los datos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. En relación a las personas en situación de inseguridad laboral, el Capital Federal el porcentaje asciende a 37%, mientras que en el primer cordón del conurbano trepa al 51% y en el segundo al 56%.

Por su parte, las personas que manifiestan sufrir inseguridad sanitaria llega al 28% en la Ciudad y en el Conurbano al 46% y 57% para el primer y segundo cordón.

El Monitor de Clima Social marca que las inseguridades son muy diferentes en los distintos estratos sociales.

  •  Las mujeres sufren mayores inseguridades sociales que los hombres.
  •  Los jóvenes tienen índices más altos que los adultos.
  •  Aquellos con estudios secundarios incompletos duplican los indicadores de inseguridades de los universitarios.
  •  Sin embargo, el factor más fuerte es el geográfico: las desigualdades entre la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón, pero sobre todo el segundo cordón del conurbano son descomunales. El porcentaje de personas en inseguridad (aquellas que tienen entre 0 y 60 según los respectivos indicadores) se duplican y hasta se triplican en el Segundo Cordón del Conurbano en comparación a la Ciudad de Buenos Aires.
  •  La inseguridad laboral, por ejemplo, es del 37 por ciento en CABA, del 51 por ciento en el Primer Cordón y del 56 por ciento en el Segundo Cordón.
  •  Mientras que en CABA el porcentaje de personas que afirman sufrir inseguridad sanitaria es de 28 por ciento, en el Conurbano ronda el 46 y el 57por ciento para el primer y segundo cordón respectivamente.
  •  En CABA el 54 por ciento se siente seguro o muy seguro en el transporte; en el Segundo Cordón ese porcentaje se reduce al 29 por ciento.

En este enfoque se sintetizan las conclusiones. La inseguridad social, en todos los terrenos, marca las enormes desigualdades por franja económica, laboral o lugar de residencia. Y la lógica indica que si la desigualdad aumentó en el último año, eso se expresa en el aumento de las inseguridades. El Monitor se hará cada dos meses de manera que allí se verá cómo evolucionan las cosas en 2017. Al menos por ahora, el pronóstico es sombrío.

 

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