Por estas horas, los principales referentes de la polémica DEA (Administración para el control de las Drogas) se encuentran en un encuentro regional en un hotel céntrico de Buenos Aires, con el apoyo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Desde hace unos meses, en una decisión secreta del gobierno de Mauricio Macri, los agentes de la DEA están instalados en villas de Capital Federal y del conurbano bonaerense.
Del encuentro hay representantes de la ministra Bullrich, del ministro Cristian Ritondo y de países latinoamericanos como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay.
El encuentro, casi secreto, contó con la presencia del jefe de la Policía Federal Néstor Roncaglia, el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Thomas Cooney, Patricia Bullrich y Gerardo Milman, el subsecretario de Seguridad de Bullrich.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner, la DEA habitaba en la Argentina pero no estaba autorizada a trabajar en nuestro territorio y mucho menos en las provincias del país, aunque el gobierno le permitió trabajar en Salta y Mendoza, para no romper el convenio entre ambos países.
Con la llegada de Cambiemos, los agentes de la DEA tuvieron vía libre en la Argentina. Hoy están infiltrado en villas y asentamientos con los riesgos que eso implica. ¿Investigan el tema de la droga o también la actividad de los movimientos sociales en los barrios humildes?, se preguntó un diputado nacional del peronismo.
La ministra Bullrich trabaja en los últimos meses con un plan anti narco, donde puso como centro los inmigrantes, especialmente de Perú, Bolivia y Paraguay. Esa reforma implica la expulsión, sin juicio previo, de cualquier extranjero que pudiera estar vinculado al tema drogas.
La mayor preocupación de la oposición es no saber cuál es el rol de los agentes de la DEA en la Argentina y cuanta “vía libre” tienen por parte de las autoridades en Argentina.