Preocupado por la caída en las encuestas, el presidente Mauricio Macri ordenó designar a un nexo directo con los intendentes propios en el Conurbano para atender sus reclamos y aceitar lo que más preocupa al gobierno: la ejecución de las obras públicas que mostrar en campaña. La gobernadora María Eugenia Vidal era hasta ahora la que controlaba a los jefes comunales pero ahora tendrá su propio “controller”: una funcionaria del riñón del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quien cada vez gana más poder e influencia en la mesa chica del jefe de Estado.
La mujer en cuestión es Natalia Zang, subsecretaria de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo, una funcionaria de perfil bajo y de extrema confianza del vicejefe de Gabinete. La funcionaria fue presentada ayer durante un encuentro en la Casa Rosada con los nueve intendentes puros que tiene el PRO en el Conurbano. Zang trabajó durante años como directora financiera de Farmacity -empresa de Quintana-, integró el fondo Pegasus y luego fue CEO de Jazmín Chebar antes de ser convocada para sumarse al elenco macrista.
Durante el encuentro, los intendentes Martiniano Molina (Quilmes), Gustavo Posse (San Isidro), Jorge Macri (Vicente López), Ramiro Tagliaferro (Morón), Néstor Grindetti (Lanús), Nicolás Ducoté (Pilar), Julio Garro (La Plata), Jaime Méndez (San Miguel) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) plantearon sus quejas en vivo por la distancia con la Rosada y por la demora en las obras de Aysa, la deficiencia en el servicio eléctrico de Edenor y Edesur y de la falta de medidas en general que ayuden a los habitantes de sus distritos. Zang, que centralizará las quejas de ahora en adelante, prometió devolver los llamados de todos los intendentes.
Vidal y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, participaron de la reunión de los intendentes con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y su segundo, Quintana. Hasta ahora, Salvai y también el ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, eran los interlocutores exclusivos con los intendentes. La decisión de nombrar a un nexo directo generó, por un lado, alivio, pero por otro incomodidad ya que, de alguna manera, marcó que la Rosada cree que la relación de la gobernadora no está tan “aceitada” como debiera con los intendentes propios.
En enero, Vidal encargó exclusivamente a De la Torre que apurara a los intendentes amarillos para que pusieran en orden los papeles de las obras a presentar ya que, en 2016 y por inexperiencia o mal asesoramiento, varios trastabillaron tras las trabas burocráticas propias del Estado bonaerense y no gastaron el presupuesto o lo hicieron mal. Y algo peor aún para la doctrina PRO: algunos no publicitaron, no mostraron las obras que lograron ejecutar.
El Conurbano es la región en la que peor mide Cambiemos, una tendencia que se acentuó tras las medidas económicas implementadas en los últimos meses. Por eso, el macrismo apuesta todo a la reactivación en el empleo y también en la imagen que pueden generarle la llegada de obras a los distritos más pobres de la provincia.
Con el nombramiento de Zang, Quintana vuelve a demostrar el poder que tiene en el entorno de Macri junto a Gustavo Lopetegui y Peña. Macri los definió como sus “ojos e inteligencia” y cumplen un rol fundamental en la distribución de los presupuestos que el Gobierno tiene asignado para cada ministerio. Quintana y Lopetegui fueron claves en los recambios ministeriales que ejecutó Macri hasta ahora, como la salida del ex ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, del titular del Banco Nación, Carlos Melconian, y esta semana de Carlos Regazzoni en el PAMI.
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