Dentro de 97 días, el peronismo bonaerense tendrá resuelto si va con una lista única o a unas PASO para conformar una lista fuerte que lleve al triunfo en octubre frente al proyecto liberal de Cambiemos. Por ahora, ya se resolvió que nadie sacará los pies afuera del plato, una meta por la cual trabajo la Casa Rosada y la Gobernación para dividir al peronismo y así tener posibilidades de un triunfo.
El peronismo provincial viene reuniéndose en la sede del PJ nacional de Capital Federal cada 15 días, donde participan todos los sectores: el kirchnerismo, el sciolismo, el movimiento Evita, el bloque Justicialista y los intendentes del Esmeralda y el Fénix, junto al presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza.
Nadie habla de candidaturas, pero como señaló ayer en una nota Roberto Caballero, el “fantasma” de Cristina está presente. Todos reconocen que la ex presidenta es la figura que mejor mide en la provincia, especialmente en el conurbano bonaerense. Más allá que para el afuera, tanto el grupo Esmeralda como el Evita, plantean que prefieren la figura de Florencio Randazzo, saben que nadie puede enfrentarla si se presentara para encabezar una lista. Por ahora, no se sabe qué hará el ex ministro del Interior, pero es obvio que no la desafiará porque hoy en todas las encuestas gana Cristina 80 a 20 una interna y sería el final para la carrera de cualquier dirigente político.
Más allá de Randazzo, el problema de los intendentes, especialmente del conurbano, es que la única dirigente que mide es la ex presidenta. En territorio de los Esmeralda te dicen en off que quisieran renovar el peronismo, pero que nunca enfrentarían a Cristina, con los riesgos de perder el control territorial.
Otro que decidió comenzar a caminar es Daniel Scioli. El ex gobernador dudo hace un tiempo de participar de la contienda, pero considera que las próximas elecciones hay que ganarlas. “Sin 17 no hay 19”, dice desde su casa de Villa La Nata. No sabe si Cristina será finalmente candidata, pero está convencido que hay que olvidarse de seguir hablando de “unidad o no unidad” y empezar a caminar los barrios con propuestas para frenar el ajuste brutal del gobierno nacional y provincial. Habla con todos, desde La Cámpora hasta los intendentes más rebeldes como Gabriel Katopodis.
Volviendo a Cristina, un dato a tener en cuenta es que ya no hay tiempo ni posibilidades de proscribirla como soñó el Grupo Clarín. Más allá del cuadro judicial de la ex presidenta, la Cámara Nacional Electoral es la única que tiene la palabra sobre inhabilitación. De allí que no tendría mucha importancia si el juez Claudio Bonadío decidiera detenerla antes del 24 de junio, fecha del cierre de listas, ya que el Pacto de San José de Costa Rica señala en su artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que cada estado puede reglamentar los derechos políticos en cuanto a edad (por ejemplo, el voto a los 16 años), nacionalidad (si votan los extranjeros) “o condena por juez competente en proceso penal”. Esta norma es un piso mínimo a cualquier intento de excluir una candidatura: tiene que haber una condena. Y CFK no tiene ninguna condena ni la tendrá seguramente durante este año.
Por ahora, la ex presidenta es la que mejor mide en la provincia. La idea es que si decide ir como candidata sea acompañada por Daniel Scioli y Florencio Randazzo en los primeros lugares. En caso de haber PASO, Daniel Scioli acompañado por Juliana Di Tullio u otro dirigente kirchnerista enfrentaría a la dupla Randazzo-Domínguez. Tampoco hay que descartar, en caso que Cristina no juegue, que empiece a tallar Verónica Magario, la intendenta de La Matanza como candidata a senadora.
Mientras el peronismo se prepara para las elecciones de octubre, la vicepresidenta Gabriela Michetti consideró que “lo más efectivo sería por lo menos durante un tiempo, evitar las elecciones de medio término”, al argumentar que “la competencia que generan los partidos es destructiva”. En fin, Cambiemos está tercero en casi todas las encuestas. Lo mejor sería prohibirla piensan los “campeones de la Republica”.